Hace unos días empezó la campaña de la Declaración de la Renta.
Una de las cuestiones que se plantea todos los años es si queremos poner una cruz en la casilla de la Iglesia Católica, en la de Otros fines sociales (que entendemos como ONGs), en ambas o en ninguna.
Pero, casualidades de la vida, estos días estamos viviendo otras curiosas campañas, una de la UTECA (la asociación de las
televisiones comerciales) y de otras patronales de medios de comunicación, para eliminar la publicidad de la televisión pública.
Otra de la Comisaria europea Viviane Reding para que, de una vez por todas, reduzcamos a 12 minutos por hora la publicidad en televisión.
Si ponemos todos estos ingredientes en la coctelera ¿qué obtenemos?
Muy fácil: el señor Alejandro Echevarría y sus
colegas me están pidiendo a mí (y, no se engañe, a usted y a usted, y a usted…) que pongamos la x en una nueva casilla en la que ponga
Berlusconi (o Lara, o Roures, o Polanco…pero estos al menos no son primeros ministros de otros países).
Me explico: mientras no se encuentre otra manera una televisión se financia con publicidad, con pago directo (pago por ver o cuotas de abonados) o mediante impuestos (canon o subvenciones).
La televisión pública, al menos TVE, ya no puede
endeudarse ni tener subvenciones fuera del contrato programa. Si se le impide tener publicidad tendremos que pagarla integramente con nuestros impuestos. Que además serán los impuestos generales; nadie sería capaz ahora de implantar un canon por tenencia de aparatos de televisión. En su momento se perdió la oportunidad.
Las televisiones privadas son fruto de una concesión del Gobierno, en unas determinadas condiciones. Entre otras, todos los participantes en los diferentes concursos sabían que las televisiones públicas tenían publicidad.
Puede ser que más de una empresa no se presentara porque en esas condiciones no le salían los números.
En cualquier caso, algunas emisoras han ganado muchísimo dinero estos años, en las condiciones que hemos vivido. Entre otras tener 17 minutos de publicidad por hora, gracias a una transposición muy bien dirigida de la Directiva TSF. Esos 17 minutos disminuyen la eficacia de la
publicidad, agotan al espectador, etc Pero llenan las arcas de las cadenas…y los bolsillos del señor Berlusconi.
Si se cambiaran las condiciones creo que deberían revocarse las licencias actuales y convocar nuevos concursos. A lo mejor a mí (je, je; a mí no, pero puede que a algún empresario que no optó en su momento) me interesa optar a una licencia si las públicas no tienen publicidad ¿no creen?
En todo caso, seamos serios: si hemos estado muchos años a las maduras, estemos también ahora que vienen un poco más duras.
Yo lo digo muy claro: no me gustaría poner mi x en la casilla Berlusconi.
Ya. ¿Y acaso no hemos pagado los españoles con nuestros impuestos la fusión de Vía Digital (descendiente directa del ex-monopolio privatizado en su día por una peseta) y Canal Satélite Digital (descendiente de Canal + cuyos accionistas, al igual que los de Quiero TV, me abstendré de comentar)? ¿Y no se sigue pagando por muchos españolitos en forma de los precios del monopolio (los que quieran ver determinados eventos deportivos, por ejemplo) de Digital Plus?
¿Y acaso no pagamos todos en Madrid 16 euros anuales, o quizá bastante más, por algo que no podemos elegir y que en términos comparativos ya no sintoniza “ni Dios”? ¿Y no estamos pagando ya todos los españolitos por el sostenimiento de RTVE la nada despreciable cifra de 102 euros al año, y esto al margen del déficit acumulado?
Yo creo que no se trata de darle dinero a las cadenas privadas sino de todo lo contrario. De entrada, oblíguese a las cadenas, a todas, a no superar los límites legales de publicidad, cosa que actualmente NO SE ESTA HACIENDO. Por cierto, que hablando de límites legales, en ciertos temas las Leyes comunitarias están por encima de las Leyes nacionales, no lo olvidemos. Que ya es algo vergonzoso que Bruselas tenga que darnos un ultimátum -otro más- a España en defensa de los consumidores. Y luego seamos serios, y abordemos YA el tema de la televisión pública de pago y de calidad.
Si nos ofrecieran una RTVE por 8 euros al mes libre de publicidad… ¿no lo aceptaría la gran mayoría? Pues eso exactamente es lo que supone pasar a pagar de 102 euros a 192, que es lo que les costó en 2007 la BBC a los telespectadores ingleses. Yo creo que en ese entorno la audiencia de RTVE subiría significativamente y las privadas, lejos de ganar más dinero, tendrían que ser más competitivas para poder seguir ganando lo mismo que hoy en día. No se trataría de marcar la casilla para darle dinero a Berlusconi, sino de marcar la casilla para obligar a Berlusconi a ponerse las pilas y darnos un contenido que haga que nos merezca la pena tragarnos sus 12 minutos de publicidad cada hora. Evidentemente, gastando más en contenidos. Evidentemente, dejando de ingresar millones de euros forrándose a costa de todos los españoles.
Eduardo, la BBC funciona estupendamente y no está endeudada hasta las orejas. A partir del 1º de Enero de 2009, la televisión pública en Francia, France Télévision (FT), renunciará a toda publicidad comercial y será financiada nada más que por el Estado y por los telespectadores. Yo creo que el camino para RTVE está claro, y no querer verlo solamente acrecentará la gravedad de la situación que ya es alarmante.
Porque 13 minutos de anuncios hoy sin ir más lejos, desde las 08:42 a las 08:55, cuando en la parrilla tienen programados unos dibujos animados infantiles a las 08:45, no son de recibo. Y más anuncios a las 09:03, precedido todo esto de más anuncios de 08:22 a 08:29. ¡¿Qué mala pata que a esas horas sobreimpriman en pantalla la hora, eh?! Y así todos los días… ¿Y dónde está el puro que tendían que meterle a RTVE por estos excesos? No me parece que la situación actual sea de recibo.
Siempre he encontrado un error de base en la TVE. Me explico, deberia de ser una tele trampolín, por la que pasaran todos o casi todos los futuros periodistas televisivos de este país. TVE tendría que vivir, o sobrevivir, del ingenio creativo, de la chispa del pobre, del buen hacer de aquél que todavía nada ha hecho, unos años antes de convertirse en el nuevo “Sardá” o “Ana Risa Quintana”. La Tve no es como las privadas, por más que sus directivos se empeñen. Parece que ahora están cambiando las cosas un poco, pero ¿cuánto cobraría Julia Otero por sus veinte entrevistas en el programa de las cerezas? ¿Cuánto cobraría el gran Wayoming? Y así un largo etcétera. Ese tipo de gente es carne ya de privadas, allí no pintan nada, es más, personalmente me jode que haya tipos con sueldos elevadísimos en la primera, o en la segunda -que siempre es la buena de la peli-. TVE sería un buen campo de cultivo para los jóvenes profesionales que empiezan, que se la juegan poniendo sus cartas boca arriba, sacando adelante o creando un buen programa, que luego se puede vender a las privadas, para generar pasta. Y por supuesto controlar los ingresos de sus presentadores, sobretodo, que si luego tienen gancho con el público, pues oye, como en el fútbol, a fichar por el Madrid, pa´ entendernos, y a por otra promesa.
Respecto al asunto de la casilla, cada vez lo ponen más complicado. Me estoy planteando cruzar el cuadro de la Iglesia, con un par, ya basta de tantas buenas intenciones, de tantas empresas que suplican siempre para sacarnos tanto dinero. La Iglesia en ese aspecto es la referencia, la Ong por excelencia, la que de verdad conocemos, la que lleva años preñándonos los sesos con sus verdades absolutas y sus miedos a los infiernos, la que hace años dejó las tinieblas políticas para manipular desde primera fila, la que nos dice que, si pecamos, oremos y seremos perdonados, qué más se le puede pedir, les lleva años de ventaja al resto. Y encima es costumbre, folklore, lo del cura del pueblo, la misa dominguera y esas cosillas que se van perdiendo.
En cuanto a la publicidad en la pública, yo lo tengo asumido como algo normal. Cabe una medida muy sencilla para evitar las largas pausas publicitarias: igual que cuando llega un corte breve nos lo hacen saber, “volvemos en tres anuncios”, yo impondría, puñetazo en la mesa de quien corresponda, la obligación de citar siempre los minutos o los spots que restan por llegar, “volvemos en un cuartito de hora, señora, vaya echando el pis, durmiendo a la nena o matizándose las ingles, con paciencia”, o “volvemos en cincuenta y ocho anuncios”, voz melosa, por supuesto.
Y a Berlusconi, por cierto, le recomendaría fichar a Ronaldinho, más que nada por Ronaldo, orondo y abandonado, repleto de penas, para que las apacigüen juntos, como saben, de tres en tres. Ésa sería mi x, mi triple x.
Pues esta bastante claro que NO.
Por lo general estoy bastante de acuerdo con la “línea editorial” (si se me permite decirlo así) de este blog pero es verdad que cuando se toca el tema de la hipocresía y la desaforada avaricia de las posturas que defiende UTECA, más que estar de acuerdo me dan ganas de arengar al personal. Ya está bien de tanta manipulación mediática y tanto enriquecimiento y despilfarro, el de las privadas, sin ningún tipo de escrúpulos respecto a su responsabilidad social. Que la tienen y va más allá de lanzar mensajes solidarios, sino que tiene que empezar por cuidar sus contenidos, por ver qué repercusión pueden tener éstos sobre su audiencia y por contribuir a diseñar un mundo mejor. Y no lo hacen. Sólo quieren ganar dinero, cueste lo que cueste y, sobre todo, a costa de TVE.
Yo tampoco quiero poner una x en esa casilla. Viva La 2!
El comentario de Histerias me ha llevado a hacerme la siguiente reflexión: ¿por qué ganan tanto dinero las “grandes” estrellas de la comunicación de radio y televisión, Ana Risa Quintana, MªTeresa Campos, los hermanos Lorenzo y Mercedes Milá, Iñaki Gabilondo, Julia Otero,… todos ellos muy progres-de salón y premiadísimos, a los que se les llenan la boca de valores como la solidaridad, pero lo cierto que con los magníficos sueldos que cada uno de ellos reciben por sus programas se podían pagar a cientos y cientos de periodistas mejor preparados, con ideas nuevas, con más inteligencia y formación, y ahí están cobrando unas miserias y trabajando como esclavos.
Será cierto aquello de muchos son los llamados y pocos los escogidos.