Ayer pasé el día en Vitoria, mi pueblo.
Fue un día muy agradable.
Pensábamos pasar allí todo el fin de semana largo (de viernes a martes) pero una gripe inoportuna acabó reduciendo la excursión a poco más de 24 horas.
Ya conté aquí hace casi año y medio mi encuentro con Josemari Vélez de Mendizábal que fue compañero mío hace cincuenta años cuando estudiábamos el curso de Preuniversitario.
Josemari es el Presidente de la institución Celedones de Oro que cada año, desde hace siete, organiza ciclos de conferencias sobre temas diversos. Supongo que el hecho de que nuestro encuentro se produjera a través de una red social le llevó a proponerme Internet como tema de mi charla.
Cuando me hizo la propuesta en aquella primera entrevista personal tras tantos años dije que sí sin dudar: tenía quince meses para prepararla o arrepentirme. Pero claro, los quince meses pasan…y el día llega. Seguro que en medio me arrepentí algún día, sobre todo cuando trataba de encontrar el tono para dirigirme a un público que no sabía iba a ser.
La verdad es que me hacía mucha ilusión dar una charla en Vitoria por el mero hecho de ser de allí. Las otras dos veces que había hablado en público en mi pueblo se debieron a casualidades.
Y la experiencia no me ha decepcionado.
La organización me preparó unas cuantas entrevistas en medios: Radio Gorbea, Onda Cero Vitoria, Radio Vitoria y El Correo, edición Álava. Muy interesante para alguien que se ha dedicado toda su vida a analizar los medios poder comparar los diferentes enfoques y grados de preparación de cada una de las entrevistas.
En general quedé contento; de unas más que de otras.
Creo que conseguí pronunciar una charla interesante y amena a la vez aunque seguro que habrá diferentes opiniones entre los asistentes. No sé si alguno se animará a comentar aquí. Me encantaría.
Mis emociones estuvieron todo el día a flor de piel. Conocí a personas muy interesantes, como Javier Sedano que, por la mañana, me llevó una foto en la que aparece mi hermano José Ramón de adolescente.
Cenamos en el Restaurante Marañón con una buena parte de los miembros de la institución Celedones de Oro; de nuevo personas muy interesantes y una cena muy animada y amena. Nos dijeron que era sólo un picoteo: resulta que ahora en Vitoria llaman picoteo a lo que en cualquier sitio de llamaría cena pantagruélica.
En la sala de conferencias recuperé a compañeros aún más antiguos, como Iñaki Garaluce con el que coincidí en ingreso de bachiller, hace casi sesenta años. Volví a ver también a Gorka Corres, con el que había estado hace algunos años compartiendo una charla profesional en el IFEMA de Madrid. Y, también me hizo muchísima ilusión (y me confirmó la magia de Internet) que Álvaro Arbina, el escritor de la novela histórica más sobresaliente del año 2016, acudiera a mi convocatoria a través de Twitter. Me encantó conocerle personalmente y poder charlar con él aunque sólo fuera unos brevísimos minutos. Siempre se hacen cortos pero en este caso, además, lo fueron.
Y ¡claro! estuvo mi familia. A ellos les pareció que lo había hecho muy bien. No esperaba menos ¡qué me iban a decir!
Y sí: en la charla hablé de Internet, de mi infancia y adolescencia en Álava y de Álava en general.
Espero que, a quienes pudieron asistir, les gustara.
He estado mirando por ahí a ver si hay algún video de la charla y no he visto nada. ¿Sabes si está en algún sitio?
Gracias por tu interés, Internauta. Creo que no; yo no vi a nadie haciendo vídeo.
¡Hola Eduardo!
Un honor que me cites en tu artículo de la charla, no me lo esperaba la verdad. De lo que dijiste me quedo con que Twitter cada vez tiene un futuro más complicado, idea que yo también comparto.
Un abrazo 🙂
Gorka
¡Cómo no, Gorka! Me hizo ilusiónque te acercaras por allí y volver a verte.
Fue un placer contar contigo, Eduardo. El público asistente salió encantado, por hacer tan próxima tu lección en un tema que puede resultar árido.
Y es un honor que a partir de tu charla pases a formar parte de nuestra institución en calidad de socio.
Fuerte abrazo
Eduardo: Que suerte tuve de compartir contigo y tu esposa esos momentos en los que recordamos nuestra infancia.
El próximo año se publicará un libro con todas las conferencias del 2017. Abrazos.
Muchas gracias, Josemari y Javier. Para mi fue un gran día que se me hizo corto.
Espero volver a próximas citas, ahora ya como socio. Un fuerte abrazo.