Esta semana han echado el cierre los cines Acteón.
Cada vez van quedando menos en el centro de Madrid.
La mayoría de las salas se han ido desplazando a los grandes centros comerciales del extrarradio. En el último cuarto de siglo las salas de cine se han convertido en un elemento más dentro de una gran oferta comercial. Vas a pasar la tarde allí y, además de ir al cine, algo comprarás. O viceversa: vas a comprar y puedes acabar el día con una cena ligera en una franquicia y viendo una película.
Creo que esta opción me pilló muy mayor. Yo soy más ir al cine dando un paseo, o volver paseando y tomar algo al pasar. Cada vez va a ser más difícil para los que vivimos en el centro de Madrid.
Leo que hace unos años había en el entorno de la Gran Vía más de trescientas salas de cine. Me parecen demasiadas incluso si tomamos el concepto de entorno en un sentido muy amplio. Quizá yo no las conocí. No es tan importante que el número sea real como que la tendencia es que los cines no pueden mantenerse en el centro porque no son rentables.
La especulación inmobiliaria, que primero hizo que se cerraran un gran número de grandes salas en el centro de las ciudades y luego creo las multisalas en los centros comerciales de la periferia parece que ahora va a dar un nuevo empujón que reducirá aún más el número de salas.
¿Muere el Cine en sala? Creo que no será así, pero de nuevo sus enemigos empujan con fuerza.
Y cada vez que una sala se cierra muere algo en el corazón de quienes amamos el Cine.
Que los cierren todos porque son censura.
Y ahora lo que sale de abusos y tal como champiñones en un campo bastante mojado de tiempo, vaya falserío. Habrá que crear otra cosa.
La cuenta corriente del dueño es lo único que comienza a bajar.
En Las Palmas ya no queda ni un solo cine de los de antes, hasta han cerrando multicines que estaban en el Centro.
De todos modos hay que pensarlo muy bien antes de ir a ver una película porque los precios de las entradas no son muy baratas y ahora que vivo en La Península, peor aún .
En Madrid estuve viviendo una temporada en 1970, había un cine: Quevedo que tenía programa doble y cada 15 días ponían alguna película musical de los grupos de moda de esa época, ahí vi La Vida Sigue Igual. Y todo por 15 pesetas, cuando en los cines de estreno el precio de la entrada era de 40 pesetas. Son tiempos que ya quedan muy lejanos y que no volverán.