Siempre había sentido curiosidad por Josep Pla, pero lo conocía muy poco.
Hace más o menos un año vi que Destino había reeditado El cuaderno gris en la traducción de Dionisio Ridruejo y su mujer. Lo compré y lo he ido leyendo poco a poco, como el propio autor recomienda. Este verano lo he terminado.
El cuaderno gris está escrito con formato de diario personal y, aunque supuestamente abarca desde marzo de 1918 a noviembre de 1919, en realidad corresponde a los últimos años de la década de 1910 y principios de los veinte. Un momento muy convulso en Europa, inmersa en la Primera Guerra Mundial, de grandes negocios para España y en concreto para Cataluña, de serios problemas económicos para la familia del escritor cuyo padre había quebrado y de profundo aburrimiento y despiste vital para él mismo. Es un diario escrito muchos años después basado en sus recuerdos.
El libro se desarrolla en Palafrugell y sus alrededores, sobre todo en verano, en Gerona capital donde estudia sus últimos años de bachiller y en Barcelona, donde cursa la carrera de Derecho y hace sus primeros pinitos como periodista y termina cuando es nombrado corresponsal.
Pla es un hombre de tertulias, de grupos de amigos, entre los que siempre aparecen apellidos catalanes conocidos. En el cuaderno no hay, prácticamente, mujeres. Sólo las de la familia, la madre, la tía, pero aún en estos casos la presencia es marginal. Cuando alguna chica le gusta, no se atreve a hablar con ella.
En cambio sus magníficos paisajes siempre están surcados por los diferentes vientos de la zona: el garbí, el gregal, un lebechito,… El viento siempre presente.
Las diferentes tertulias, la del pueblo, la de Barcelona, le dan motivo para profundas reflexiones, que a veces se extienden a lo largo de varias páginas, aunque en la mayor parte de los casos el libro está escrito en capítulos cortos.
Se trata de un magnífico ejercicio para conocer la vida de la época en un ambiente popular de clase media empobrecida: las casas, las comidas, los largos viajes en tren para recorridos que hoy hacemos en menos de una hora.
Si lo que quieres es pasar un rato divertido, no leas El cuaderno gris; si quieres un libro interesante, bien escrito y que te permita conocer la vida en Cataluña en los primeros años del siglo XX, este es, sin duda, el mejor libro.