El legado de Obama

Conozco a Ramón Colom hace muchos años. Coincidimos, muy poco, cuando los dos trabajábamos en RTVE. En los últimos años hemos recuperado una relación, esporádica pero cordial.

A finales de septiembre me llamaron de su parte para proponerme participar en el programa Millennium que él dirige, en una emisión dedicada al legado de Obama.

¿Por qué yo? Conozco a Obama, como todo el mundo, pero no soy, ni de lejos, un especialista.

-No te preocupes. Ramón sabe lo que hace. Ya verás como todo sale bien.

Y allí que fui, el 7 de octubre, a los estudios donde se graba el programa, en Villaviciosa de Odón.

El programa se ha emitido esta semana, en la noche del lunes al martes. Según los datos de Kantar lo vieron en directo un total de 59.000 espectadores. Confío en que alguien más lo haya visto en diferido, como unas cuantas personas de mi entorno.

Como me esperaba, los otros contertulios tenían mucho más concocimiento que yo: Carlos Westendorp había sido embajador en Washington durante cuatro años y había vivido allí la primera campaña de Obama; Elvira Lindo ha pasado en Nueva York nada menos que once semestres, desde antes de la llegada de Obama y durante todo su mandato; Álvaro Longoria se ha formado en Estados Unidos y ha realizado allí parte de su trabajo cinematográfico.

Y luego estaba yo. Que he visto mucho cine, he leído mucho sobre Estados Unidos…pero he estado allí poco menos de una semana…y justo en Nueva York, que quizá no sea lo más representativo.

Creo que no quedé tan mal. Lo puedes ver aquí.

Obama puede estar satisfecho de su legado
Obama puede estar satisfecho de su legado

Intenté centrarme en las campañas de Obama hacia la presidencia, un modelo desde todos los puntos de vista y en los aspectos de su presidencia más relacionados con la comunicación. Al fin y al cabo es a lo que yo me he dedicado. Pero una vez comenzado el coloquio hay que hablar de todo lo que se plantee.

Hay que distinguir entre la época de Obama y su legado. Obama llegó al poder en un momento muy complejo, al poco tiempo de iniciarse la mayor crisis económica de los últimos noventa años, con una situación internacional compleja y en un momento de transformación tecnológica acelerada. Muchos de estos aspectos estaban muy relacionados con la actuación de su antecesor.

La situación económica es ahora mucho mejor que cuando Obama llegó. En el plano internacional hay luces y sombras: los acuerdos con Cuba (rompiendo una política que había fracasado durante cincuenta años) y con Irán (tras más de venticinco años de ruptura) son avances hacia un mundo mejor; la situación en Oriente Medio, con las crisis de Siria, Libia o el Yemen y la aparición y desarrollo del Daesh son puntos negativos. Todos fuimos muy ingenuos con las primaveras árabes, sin pensar que lo que venía después podía ser peor. El fundamentalismo islámico ha crecido durante sus mandatos. ¿Habría sido diferente con otro tipo de políticas?

Durante el mandato de Obama se produjo la acción contra Bin Laden y se ha intensificado la utilización de drones y las acciones bélicas sin presencia humana. Dos tipos de actuaciones discutibles pero que, casi desde cualquier punto de vista son mejores que sus alternativas (larga guerra en Afganistán, conflictos con participación masiva pero sin finalización).

Obama no ha cerrado Guantánamo, una de sus promesas electorales y eso pese a que ya quedan allí muy pocos presos. Este hecho tuvo cierto peso en el programa. Aún podría hacerlo y se apuntaría un buen tanto final.

En política interior la Ley de Cuidados Accesibles (Obamacare) contó con una fuerte oposición pero ha conseguido reducir de 50 a 32 millones el número de personas si ningún tipo de seguro médico. Un avance que podría haber sido mayor.

Los tiroteos masivos, las tensiones raciales y los incidentes entre policías y personas de raza negra han sido abundantes durante su mandato. Aunque lo ha intentado no ha sido capaz de racionalizar la venta de armas. La segunda enmienda y los partidarios de que todo el mundo tenga acceso a armas para defenderse hacen muy complicado solucionar este problema. Una verdadera lacra para su país.

La explosión tecnológica ha dado muchas más capacidades a los ciudadanos (en Estados Unidos y en todo el mundo) pero también a las corporaciones y a las administraciones. Ahora todos estamos más vigilados, al menos potencialmente. Pero habría ocurrido igual, o parecido, con cualquier otro presidente.

Cuando llegó Obama al poder las expectativas fueron tan altas que era casi imposible cumplirlas, pero creo que el balance ha sido bueno, casi en cualquier sentido mejor que la época de su predecesor Bush junior.

4 comentarios en «El legado de Obama»

  1. Así va España, y ahora de ministra de defensa esa otra. A ver si algún día llega un gobierno valiente y cierra todas las cadenas públicas, eso que nos ahorraríamos. Por ejemplo el programa ese al que fuiste que vieron 59000 espectadores, ¡ay Dios! ¡Y lo dices sin vergüenza!

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  2. Roy Batty: Sí me da vergüenza que ese tipo de programas los pongan a las 0:30 de la madrugada y más aún que tengan 80 veces menos audiencia que Gran Hermano o programas similares. Justo por eso (y por otras muchas razones) creo que hay que mantener las televisiones públicas que cumplen una misión imprescindible.
    Muchas gracias lester, por ver el programa y por comentar en el blog. Espero aportarte algo interesante en lo sucesivo.

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  3. @Eduardo Madinaveitia
    Estoy de acuerdo en que ese tipo de programas no han de ponerse a esas horas, supongo que más o menos coincidiremos en el modelo ideal de televisión pública. Bajo mi punto de vista el modelo actual es inaceptable, y no me refiero exclusivamente a RTVE, me refiero a la televisión pública contemporánea española en todo su conjunto. La televisión pública debería cumplir una función social, cultural, educativa, etc. No es así, y esa es la televisión pública que aborrezco, eso no significa que denoste a las cadenas privadas, no es mi dinero y creo en el libre mercado, así que en ese aspecto no es preciso que me extienda.

    Me alegra que manifiestes tu vergüenza, tú eres una persona influyente, tu palabra tiene peso, no es lo mismo que si lo escribo yo, te animo a que de vez en cuando tengas en cuenta tu poder y lo emplees en despertar conciencias “perdidas”. Es un lujo que te puedes permitir.
    Lo que más me subleva de la televisión pública es que se pretenda justificar todas las tropelías que se cometen con un par de programas aceptables emitidos a deshoras, y que el resto de la programación y el uso que se hace del medio sea un mal menor aceptable sobre el que nadie tiene nada que decir, incluso quienes son conscientes y sus palabras tienen la audiencia suficiente como para crear tendencia, callan e ignoran, al menos podrían dar fe del despropósito actual.
    De ahí mi reproche, ese silencio yo lo veo como ausencia de responsabilidad social, en cierto modo representa una pose antisocial, bien por obra, o bien por omisión, lo digo en general, no digo que Eduardo Madinaveitia represente todo lo anterior.

    Saludos.

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