Cada día recibimos alguna mala noticia referida a la prensa escrita en papel. Es un cambio de época.
Hace sólo unos días vimos cómo El Mundo no salía a la calle como consecuencia de la huelga que protestaba contra un ERE de grandes dimensiones. No estoy seguro de que sea la primera vez que un periódico deja de presentarse ante sus lectores por una huelga; sí sé que no ha sido el primer ERE masivo en la prensa (ni, desgraciadamente, será el último).
Los datos de la prensa en papel son malos. Y son peores cada día que pasa. La difusión ha caído a su peor valor de los últimos treinta años. Cada nuevo dato de difusión es peor que el anterior. Entre 2008 y 2015 las pérdidas de difusión de los seis principales diarios españoles van desde el 40,7% de El Periódico hasta el 60,8% de El Mundo.
Los lectores de Diarios cayeron desde el 42,1% en 2008 al 28,5% en 2015 (que se queda en un 24,7% si nos referimos a la prensa de información general). Las subidas de precio en plena crisis contribuyeron a esta caída.
La crisis económica ayudó a profundizar una crisis estructural que ya había provocado Internet. Los lectores migran hacia Internet a un ritmo mucho mayor que la inversión publicitaria. (aunque algunos diarios, como Marca, ya tienen tantos ingresos procedentes de Internet como del papel, para El Mundo la inversión que llega al papel representa el 70% y para ABC el 72%, según el análisis de Bez. Aquí no viene mal recordar, perdón por la autocita, el error Internet.
El País celebra sus cuarenta años de vida pero no puede decirse que lo haga en su mejor momento, aunque se mantenga como líder, por difusión y audiencia, de la prensa generalista. Hace unas semanas su propio director anunciaba que su edición en papel no tiene futuro.
La prensa regional aguanta algo mejor, en parte por la mayor cercanía de los contenidos y en parte también, especialmente en lugares como Galicia, la única comunidad donde crece la penetración del papel, por el envejecimiento de la población. Las personas mayores somos ,como grupo, las menos afines a Internet.
El problema no es sólo de España. Ya hemos recogido aquí en otras ocasiones el cierre de algún diario en papel. En los últimos meses hemos visto cómo el periódico inglés The Independent cerraba su edición impresa. De los 423.000 ejemplares que vendía en 1990 se había quedado en 40.000.
Lo mismo ocurría con el portugués Diario Económico. Cerró en marzo por sus problemas financieros.
Puede que como efecto de estos cierres, aunque seguro que no sólo por eso, el consumo de papel en el mundo, que había crecido hasta el año 2013, cae ahora con fuerza.
Los males de los diarios no se quedan aquí: si el año pasado dio la impresión de que la crisis de inversión publicitaria en papel estaba tocando a su fin (tanto Infoadex como i2p recogieron ligeros aumentos) los datos del primer trimestre son desoladores. Vuelven las caídas, con una fuerza insospechada: de cerca del 6% para los diarios y de más del 10% para los suplementos.
Y si la inversión publicitaria no se traslada del papel a la red, en parte por culpa de los errores cometidos, la solución tampoco parece venir por el pago por contenidos. La cultura del todo gratis en Internet sigue teniendo mucha fuerza. según una encuesta realizada por Meclabs sólo el 40% de los estadounidenses estarían dispuestos a pagar (pagar algo, se entiende) por leer digital. No conozco ninguna encuesta sobre este tema realizada en España pero sospecho que la cifra sería aún menorr. Y la cantidad que estarían dispuestos a pagar probablemente sería muy pequeña.
Parece que las cifras de El Diario no son malas; habrá que esperar un tiempo para ver cómo funciona El Español, pero las grandes estructuras de los diarios tradicionales en papel corren un serio peligro de extinción.
Y es que los milennials, esa generación de la que todo el mundo habla y que, por el momento, consume más bien poco, leen las noticias en el móvil.
Pero no todo son malas noticias para el papel. En el Reino Unido la editora del Daily Mirror ha lanzado The New Day, el primer periódico de pago en papel que ve la luz en los últimos treinta años.
En España y en el sector de la publicidad también hemos vivido en las últimas semanas un hecho insólito. Javier Piedrahita, el editor de Marketing Directo. com, uno de los más fervientes defensores de lo digital y de todos los cambios que ello implica, ha lanzado una revista en papel: Living Marketing. El primer número tiene muy buen aspecto y yo he disfrutado con su lectura. Esperemos que sólo sea el principio de una larga presencia en el mercado.
A lo mejor el papel no está muerto y sólo necesita nuevas ideas.
Comparto todo lo que dices, Eduardo. No has hablado de las revistas en papel. Yo creo que van a sobrevivir más tiempo y sus cifras, aunque también reflejan una dramática caída general, son mucho más sanas en cuanto a perfil. Sigue habiendo jóvenes que leen revistas. Y siguen apareciendo títulos. Muchos de ellos muy de nicho, pero bien apalancados en los valores de la revista como un objeto tangible: buen papel que da gusto tocar, gran diseño, y contenidos cuidados. Incitan a la colección. Un ejemplo: revistas dedicadas al mundo de las motos “custom” y “vintage”. Queda saber si conseguirán sobrevivir con su perfil exclusivo, pero interesante para muchas marcas. Son estas revistas (en general) un soporte en el que la publicidad no solo no molesta, sino que se aprecia como parte fundamental del contenido. Lo dicen los estudios. Me gustaría conocer tu opinión.
El periódico debe renunciar a salir a diario.
Muchas gracias por tu comentario, David. Completamente de acuerdo en que las revistas siguen un camino diferente y que incluso pueden quedar todavía nichos para revistas en papel.
Este post, casi de aluvión, parte de una serie de noticias que se han acumulado a lo largo de poco más de un mes, casi todas en una misma dirección.
Pero casi seguro que acabaré escribiendo algo sobre revistas…en cuanto tenga tiempo y material.
Celebes: no sé si la solución es que dejen de salir a diario (¿les seguiríamos llamando diarios?) pero sí que necesitan algún cambio de estrategia. Separar información de opinión puede ser un primer paso en el camino. Ahora una misma noticia puede parecer dos, o tres, distintas si se lee en diferentes periódicos (todos teóricamente independientes). Entiendo el periódico de partido, y puede tener sentido para reforzar a los convencidos. Entiendo el análisis en profundidad (que aquí no parece tener mucho éxito). Pero la independencia superpartidista no tiene mucho más recorrido.