Llevaba un par de años sin acudir al AEDEMO TV, el evento en el que desde hace más de treinta años nos reunimos todos los que tenemos algo que ver con la televisión desde los puntos de vista de la publicidad, la investigación y la comercialización.
He vuelto esta vez gracias a la invitación de Zenith BR (¡Gracias, Pepe!) y estoy muy contento de haber estado allí. Además de los encuentros con personas que quiero, de recuperar a la gente que ha trabajado conmigo a través de muchos años y que emprendieron otros rumbos, he visto un medio (que ahora habrá que llamar audiovisual) que sigue muy vivo y preocupado por mejorar.
La televisión no ha muerto; ni siquiera la televisión lineal ha muerto, aunque pueda parecerlo por el ruido en las conversaciones. Y más nos vale que sea así a los publicitarios: todavía no hay otro medio que le sustituya con la misma eficacia y con su capacidad de construir rápidamente coberturas.
Pero sí: tenemos un problema, o varios. Cada vez medimos mejor la televisión de toda la vida (en los últimos años hemos incorporado el visionado en diferido, el de invitados, el de las segundas residencias,…) pero la realidad sigue cambiando y, por eso, nos dejamos más cosas sin medir.
Tenemos que saber lo qué queremos medir y para qué. A un anunciante que tiene una promoción con fecha de caducidad puede no interesarle la audiencia en diferido, pero una productora necesitará conocer la audiencia de sus programas a lo largo de las diferentes fases de su vida, en cualquier ventana y en cualquier dispositivo.
Medir mejor tiene un mayor coste, que el mercado tiene que asumir.
En una de las últimas ponencias, Luisfer, un clásico de los seminarios y de la investigación, dijo una frase que resume el sentir general, (ganó el premio a la mejor ponencia, pero seguro que no fue sólo por esa frase) o al menos yo lo percibí así: Hay que reunir a la banda.
Hay que volver a lo que yo en algún momento llamé el espíritu del 68, cuando anunciantes, agencias y medios se unieron para conseguir objetivos comunes: el EGM fue su fruto de entonces; la medición consensuada para los próximos años debería ser el fruto ahora.
En la mesa redonda del final se vio más que nunca la necesidad de esa unión. Si se habla de malas compañías y no se dice quienes son, se está creando el caldo de cultivo para la división. Justo lo contrario de los que se necesita.
Hagamos lo posible por reunir a la banda cuanto antes y movernos en la buena dirección.
(*) Este artículo se ha publicado en el número de marzo de la revista IPMark en papel.
Luisfer: Me pareció toda una declaración de intenciones. Y creo que, los que seguís ahí, tenéis que hacerlo. Hay que reunir a la banda y conseguir el nuevo consenso. ¡A por ello!