La crisis del cine

Este mediodía Goliat, uno de mis comentaristas favoritos, me reñía:

Del cine de pago no te digo nada porque con el tiempo ya he entendido que es un debate que no te interesa demasiado.

Precisamente en un comentario a mi post de ayer en el que contaba mis experiencias en unas clases, en las que, entre otras cosas, me preocupaba por el futuro del cine.

Goliat siempre lleva el discurso a las sinecuras de los artistas españoles, al canon por posesión de aparatos y a las subvenciones al cine español.

Pero yo no distingo sobre nacionalidades. Viendo los datos la crisis es del cine en general, aunque se agrave en el caso del cine español.

Según los últimos datos del EGM ya no llegan al 5% los españoles que acuden al cine una semana cualquiera, cuando hace pocos años superaban el 12%.

Bastante más de la mitad de los españoles (un 56%) no van nunca al cine: no ven películas españolas, pero tampoco americanas o de cualquier otra nacionalidad. Durante muchos años los asistentes al cine alguna vez superaban el 50%.

¿El cine es caro? No parece que esa sea la razón. La asistencia al cine ha caído sobre todo en los años de bonanza económica y ha experimentado un repunte en el último septiembre, justo cuando la crisis económica se volvía rampante.

¿El cine no interesa? Si fuera así no se descargarían tantas películas. No hay estadísticas oficiales, pero se dice que ahora se ve más cine que nunca.

Yo creo que las descargas tienen algo que ver en la crisis del cine (del cine en general; no creo que las descargas afecten más al cine español: todo lo contrario).

La respuesta de Goliat es:

Sin tener en cuenta muchas otras fuentes de ingresos, solamente por el canon, en este 2008 nuestros queridos “artistas” recibirán por cada “pirata internauta” 40 euros limpios, asumiendo una banda de 10 millones de usuarios del P2P.

Yo no estoy en contra del canon por principio. El canon sobre televisión fue un clásico en casi toda Europa (nosotros éramos la excepción) y dio como fruto una magnifica BBC entre otras cosas.

Sí creo que este canon es injusto, o exigiría un sistema de control exhaustivo que no creo que exista (y que, personalmente, tampoco apoyaría). ¿Cómo se hace el reparto?

En todo caso creo que los sistemas de gestión de derechos tienen su razón de ser. Y no defienden sólo los derechos de los artistas españoles.

Lo que está claro es que si no se encuentran vías de retorno para pagar a quienes invierten en cine, el cine dejará de existir.

Seguramente el canon no es la solución; a mí no me gustaría que la solución fueran las subvenciones

…pero aún me gustaría menos que desapareciera el cine.

0 comentarios en «La crisis del cine»

  1. Me halaga que recojas el guante lanzado (¿se notó mucho?), y que te gusten mis comentarios, aunque seguramente no lo merezca, pero se hace lo que se puede. Hoy tengo que aprovechar, porque creo que este tema no va a estar tan accesible para el debate como hoy, al menos hasta 2.012…

    Sobre el canon, yo tampoco estoy en contra porque sí, de hecho varias veces he sacado aquí el tema de implantarlo para tve. Pero no es de recibo pagar 2 veces por lo mismo: con el canon y en la tienda. Ni es de recibo que paguen canon quienes no consumen, “qué mala suerte señora, 1 euro del precio de su móvil es para la $GA€”. Es la misma cacicada del “céntimo sanitario”, salvo que si no se llena el depósito el coche no anda, pero al campo de internet no se le pueden poner puertas.

    Por eso, algunos que llevamos ya años pagamos un canon injusto e injustificable, tenemos moralmente todo el derecho de bajarnos de internet lo que nos apetezca. ¿Sabes por qué la $GA€ no ha conseguido aquí que “las telefónicas” vigilen el uso de los P2P y se denuncie y se corten los accesos, pero en Francia sí? Porque en Francia el ADSL cuesta el 50% que aquí, y sin P2P aquí se iban a vender muy pocas bandas anchas ni a 40 ni a 60 euros.

    Que se ponga un canon gestionado directamente por las $GA€ y aplicable solamente a quienes deseen hacerse copias privadas de contenidos sujetos a propiedad intelectual, y entonces sí, que se persiga la piratería. Pero que no tengan la geta de querer cobrar por una cosa por la que ya han cobrado antes.

    Sobre el cine, si se pregunta a la industria norteamericana por la profunda crisis en la que están inmersos, seguramente responderán: “¿qué crisis?” Si se pregunta al director de la SEMINCI sobre la crisis del cine español, seguro que contesta: “¿qué crisis?”, y añadirá “eso es un invento del PP, que odia a los artistas españoles porque estuvieron en contra de la guerra ilegal de Iraq”. Si se pregunta sin dobleces a las cifras reales, no a las que quieren vendernos desde el Ministerio, considerando como cine español a coproducciones donde españa sólo pone pasta para cumplir una de las imposiciones de la infame Ley del Cine, nos cuentan que las películas españolas ya no van a verlas a las salas ni los familiares de los “artistas”.

    El cine estadounidense no desaparecerá, podemos estar bien tranquilos. El cine español, en su totalidad, tampoco me gustaría que desapareciera, y no tendría por qué suceder eso, pues hay casos de verdadero talento artístico y empresarial. Mas hay un 80% del cine español que por supuesto que desaparecerá, y ojalá, Dios lo quiera, por favor, que desaparezca lo antes posible.

    Porque la única vía de retorno, para que quienes malgastan el dinero en ese cine de serie C lo recuperen, es que les paguemos la fiesta todos los españolitos, ya vayamos al cine, ya estemos peor que Ramón Sampedro; y la alusión no es gratuita: las películas de Bardem acaban pagando la cuenta de las películas de, por ejemplo, D. Angel de la Cruz; lo que le quitan al uno, se lo dan al otro.

    Al igual que la culpa del ERE de Nissan lo tienen -dicen los “expertos”- las hipotecas subprime de los EE.UU., habría que ir al origen de la crisis del cine para buscarle una solución. ¿Por qué el público fue cultivando una animadversión al cine español, que a estas alturas es pueril negar que existe? Las consecuencias económicas que conlleva la Ley del Cine no llegan a los espectadores, la huelga de empresarios del año pasado no dejó de ser para ellos una anécdota…

    Entonces, a falta de un estudio de campo, podríamos afirmar que hay dos factores que influyen negativamente en la imagen de los “artistas” españoles, y que motivaron el inicio de la huída de los espectadores de las películas españolas hacia las películas extranjeras o hacia los salones de sus casas: (1) el apoyo público de los “artistas” tanto al canon, como a los desmanes perpetrados por la $GA€, y (2) el apoyo público de los “artistas” a la ceja de ZP. Mientras que (2) trasladaría espectadores de un sector de la sociedad hacia otro, y sólo tendría efectos negativos caso de ser el cine un producto de consumo de alto nivel adquisitivo (quien quiera que se meta en ese jardín), (1) sí crea un rechazo generalizado y duradero.

    Así que tenemos en canon nuevamente en escena, y además otros dos factores no menos importantes: que si vas a ver cine español y acabas tragándote un bodrio, cuando vuelvas a mirar los carteles para elegir película te lo pensarás dos veces, y que si el cine costase 4 euros en lugar de 7, la demanda sería otra muy distinta. Y sabemos que el cine cuesta 7 porque, por Ley, los empresarios se ven obligadas a tener salas vacías, perdiendo dinero con películas españolas que nadie ve.

    Las subvenciones tienen al menos aparejado un bálsamo: estamos concienciados de que el Estado, con el dinero que recauda en impuestos, acaba haciendo lo que le da la gana. Y hablamos de muchos millones de euros en este caso, pero como te digo mejor para los “artistas” -siempre que no ejerzan luego de lobby político, y se limiten a favorecer con su silencio a sus benefactores, que ya es bastante-, que para que los políticos se suban otro poquito más los sueldos, las dietas y los planes de pensiones. Pero que, además, se manipule el mercado forzando una oferta que no encuentra demanda, y que afecta así al precio y retrae la demanda de otros productos que sufren las consecuencias en su facturación real.

    Esto del cine español hoy por hoy no es cultura, esto es un chanchullo, una vergüenza, es incluso denunciable ante Bruselas. Por suerte, se hacen cada año un puñado de películas que realmente merecen la pena y nos recuerdan que queda gente trabajadora, capaz, honesta, profesional, excelente, y que no todo es amiguismo y pesebre político. Cuando dentro de unos años, no sé cuántos, pero con certeza pasará, se le corte el grifo al 80% de “artistas” que viven del cuento actualmente, escucharemos llantos de cocodrilo y se dirá que se está haciendo una “caza de brujas” y ese día yo sonreiré, y pensaré nuevamente en ir al cine.

    Responder
  2. El cine es caro, los dvds y cds son caros, la televisión pública es pésima y el cine español siempre habla de lo mismo: sexo, drogas, putas y homosexuales. No se debería invertir en esa basura.

    Responder
  3. Hola, en el cine pero no falta imaginación en la creatividad:

    Con las multas a los comerciantes en el barrio de Sans en Barcelona por los organismos de la ‘normalización cat’ nace este vídeo, es una tragicomedia digna de verse.

    Os recomiendo la visión de CASABLANCA de LLOBREGAT, dedicado especialmente a los que apoyan el CAC (centro de multas por rotular en castellano y cerrar emisoras por criticar las políticas del tripartit) y en especialmente a los que están por todo lo contrario.

    CASABLANCA de LLOBREGAT vídeo:

    https://www.youtube.com/watch?v=mEQShmIO2vI

    (Unir en una línea si sale el enlace cortado)o buscar en youtube o google

    Gracias por verlo y también por su difusión.

    Responder
  4. El cine no desaparecerá nunca, ni la literatura en papel tampoco, lo cual no evita que ahora mismo la asistencia por salas sea reducida, tanto para películas nacionales como para el cine extranjero. Yo sí que creo que el cine es caro, no si vas solo, pero si acudes con mujer y dos o tres hijos, sumamos a la entrada unas palomitas y unos refrescos, las dos horas cuestan un pico interesante. Adoro el cine, sin embargo lo alquilo todo en dvd, hace mucho que no me siento en una butaca. El cine en sala es espectáculo, efectos especiales, romanticismo o humor, palomitas, familias, parejas de enamorados con relativo interés o fieles de alguna saga tipo James Bond o Indiana Jones. Lo que se salga de ahí deberá tener una publicidad sobresaliente, una crítica positiva y el efecto boca a boca que siempre promueve un interés especial. Eso sí que está cambiando, por un motiov, las películas de autor, cine de diálogo, se suelen dejar para el hogar. En los últimos años ha habido un boom en ventas de televisiones de gran pulgada, plasma, y aparatos home cinema, una inversión que luego debe verse refutada por el alquiler de dvd o la descarga desde internet, de la que no soy nada partidario. Un alquiler resulta económio y gozas de gran calidad. Si yo acudiera al cine tampo iría a ver la historia personal de un personaje callado y sombrío que huye a un pueblecito de la España profunda en busca de meditación. Preferiría la última de James Bond o de Disney para fusionarme con el resto de la peña y comer palomitas sin importarme demasiado el hecho de no escuchar una frase o estar rodeado por el ronroneo del público. Sin más. El concepto de cine como arte es lo que más fracas en pantalla, desgraciadamente, pero es una realidad. Sólo se salvan unas cuantas películas al año, que deben ir firmadas por nombres potentes como Spielberg, Scorsesse, Ridley Scott, secundados por rostros de actores con gancho comercial, Tom Cruis, Brad Pitt, Rusell Crowe, Geroge Clooney, Di Caprio o Johny Deep. En España sólo Almodóvar y Amenábar consiguen llevar con su nombre a la gente al cine, también Santiago Segura, desde el humor cañí de su Torrente. Los gustos están cambiando, una pena, pero una realidad.

    Responder

Deja un comentario