La satisfacción de haber hecho 100 Vigías

Hoy he enviado a los panelistas (primero a los de Vigía y luego a los de Zenthinela) los resultados del estudio Zenith Vigía del mes de noviembre. Es el número 100. El mes que viene publicaré el Zenthinela número 50.

También envío a la prensa un resumen que suele tener mucha repercusión

Pronto hará 18 años; empezaba 2001 y vivíamos los primeros coletazos del pinchazo de la burbuja de las puntocom. Veníamos de años intensos en los que la inversión crecía sin freno. Se habían producido la liberalización de algunos sectores (Energía, Telefonía;…), la salida a Bolsa de muchas grandes compañías (Tabacalera, Repsol, Endesa, Inditex, Retevisión…) y habían aparecido numerosos nuevos anunciantes de sectores relacionados con la tecnología e Internet (el caso más representativo fue Terra, pero eran cientos).

Y de repente el suelo parecía hundirse bajo nuestros pies. Había estallado la burbuja. Llegamos a creernos que aquello era una crisis, sin saber la que se nos vendría encima sólo unos años después.

Yo llevaba ya muchos años en el lado publicitario del mercado y tenía muchos amigos. A algunos los había conocido en la Comisión Técnica del EGM. Unos cuantos trabajaban en medios. Era muy habitual que cuando llegaba la hora de hacer los presupuestos, o esas previsiones que, cada vez con más frecuencia nos pedían desde nuestras matrices multinacionales nos llamábamos para intercambiar opiniones ¿cómo va el año?¿Qué se espera para el año que viene? Y cosas por el estilo.

Los faros han servido siempre de guía y puesto de vigilancia. La Farola de Málaga (Foto: E.Madinaveitia)

No hacía demasiados años que el e.mail había llegado a nuestras vidas. Se me ocurrió proponerles a unos cuantos de esos amigos (inicialmente fueron 12) compartir, por e.mail y para todos, esas opiniones que ya compartíamos por parejas y por teléfono. Elaboré un sencillo cuestionario que Mercedes Pérez, una persona del equipo que ahora, al cabo de los años, se sienta a mi lado, pasó a excel. Ella se encargó también durante los primeros años de hacer los cálculos e introducir las modificaciones. Luego, cuando Mercedes cambió a otra empresa del grupo tomó el relevo María Rodríguez, una gran colaboradora con la que siempre me sentí muy a gusto. María ha sido el alma del estudio hasta hace unos meses en que decidió emprender el vuelo. Ahora es Elsa García quien me ayuda. Ellas han sido siempre una pieza importante para ir recopilando los cuestionarios, hacer los cálculos y estar pendientes de los envíos y de corregir mis errores. Muchas gracias. Sin ellas no habrían sido posibles Vigía ni Zenthinela.

Pero un agradecimiento todavía mayor es el que tengo que darles a los panelistas: a aquellos 12 primeros y a los más de quinientos que han ido pasando por los dos páneles a lo largo de todos estos años. Creo que quedará poca gente que haya tenido que ver con la inversión en medios que no haya sido panelista de Vigía en alguna ocasión. Algo más difícil me resulta conseguir panelistas para Zenthinela, el panel de anunciantes; los busco entre mis contactos de cualquier tipo, muchos de ellos en la Redes Sociales pero suelo tener poco éxito. Ya sabes: si eres anunciante, lees esto y quieres participar en esta aventura, ponte en contacto conmigo.

Muchas gracias también a mi familia, que sabe que un fin de semana al mes (el anterior al último lunes) van a tener que aguantarme durante un buen número de horas, las que dedico a elaborar lo que llamo los Comentarios, el informe sobre los resultados y ese resumen que envío a la prensa. Ese fin de semana pueden contar muy poco conmigo; el informe puede llevarme entre doce y veinte horas, según lo centrado que esté y lo complicado que pueda ser en cada ocasión dar con el hilo.

Estoy seguro de que cuando empecé con el estudio nunca soñé con que llegara a las 100 ediciones (a las 150 si contamos los dos páneles de lo que en conjunto llamo Atalaya). Tampoco que podría llegar a tener tanta repercusión. No sé cuánto tiempo tardé en hacer el primer resumen para la prensa (los comentarios para los panelistas venían ya con el proyecto aunque al principio eran mucho más sencillos que ahora).

Hoy alguna de las personas que me daba laa enhorabuena por haber alcanzado este hito me decía esa frase tan estimulante: ¡a por otros 100!

No sé si el estudio llegará a alcanzar esa cifra pero loq ue está claro que no seré yo quien lo haga. No sé cuánto tiempo de actividad me puede quedar pero lo que sí sé es que no será mucho.

Eso sí: estoy muy satisfecho de haber conseguido hacer de Vigía y Zenthinela lo que han llegado a ser y  muy agradecido a todas esas personas que me habéis ayudado a hacerlo posible.

¡GRACIAS!

 

 

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