Malos tiempos para la publicidad

Como si de la vieja canción de Golpes Bajos se tratara, parece que no son buenos tiempos para la publicidad.

La gota fría parece afectar también al mercado publicitario. FOTO: E.Madinaveitia
La gota fría parece afectar también al mercado publicitario. (FOTO: E.Madinaveitia)

 

Las fuentes de datos de inversión han registrado caídas en el primer semestre. Las previsiones de los páneles (Vigía y Zenthinela) mantienen un cierto optimismo, confiando en esa reacción del segundo semestre que hemos vivido en los últimos años. Pero podríamos estar ante el primer año en el que la inversión publicitaria caiga pese al crecimiento de la economía.

Cuando llegó la digitalización a nuestro sector, los evangelistas de la nueva tecnología nos dijeron que la publicidad hasta entonces había sido intrusiva; a partir de ese momento cada persona sólo vería la publicidad que deseara y sólo sobre los productos que necesitara o estuviera buscando.

En efecto: la digitalización ha cambiado radicalmente nuestro sector, pero no precisamente en esa dirección. Los niveles de rechazo de la publicidad son ahora mayores que nunca. También, o sobre todo, para la publicidad digital.

Algo extraño está sucediendo cuando las asociaciones del sector deciden eliminar de su denominación la palabra publicidad. La más reciente la AEACP que ha pasado a denominarse ACT (Asociación de Creatividad Transformadora). O cuando, a la hora de buscar directivos para nuestras empresas lo primero que se dice es que hay que mirar fuera del sector.

Algo extraño está pasando si nos avergonzamos de ser publicitarios y de llamarnos así. Pertenecemos a una profesión que, efectivamente, ha ayudado a transformar el mundo, y sigue haciéndolo, utilizando la creatividad y muchas otras técnicas. Siempre hemos utilizado las últimas tecnologías para dar a conocer productos, hacer crecer a las marcas y con ello transformar la sociedad.

Vivámoslo con orgullo: Somos publicitarios (sea cual sea nuestra formación) y estamos aquí para seguir cambiando el mundo.

Para mejor.

 

(*) Este artículo se ha publicado en el número de septiembre de la revista IPMark, en papel.

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