MIs lecturas de diciembre de 2021

Diciembre fue un mes extraño. Seguramente siempre lo es. Pero este año, después del paréntesis pandémico de 2020, pudimos volver en Navidades al País Vasco. Incluso pudimos hacer otro viaje, también al País Vasco, a principios de mes.

Pero entre el resurgir de la pandemia, la sexta ola que afectó a más gente, el pasaporte Covid y algún otro tema familiar, todo se complicó. Y, bueno, siempre es un mes muy marcado por los aspectos comerciales, en el que hay que hacer más compras de las habituales.

El caso es que sólo pude terminar tres libros. Y, es curioso, dos de ellos tienen un título que comienza con la misma palabra: Volver, seguramente mi tango favorito.

Volver la vista atrás, de Juan Gabriel Vásquez. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Había leído hace años una novela de Juan Gabriel Vásquez: Las reputaciones. Me gustó, pero mi relación con el autor se había quedado ahí. Hasta que, allá por el mes de septiembre, quedé para desayunar y charlar un rato con mi amigo Felipe Romero, todavía a la orilla del Mar Menor. Era la segunda vez que quedábamos por allí y espero que se convierta en una costumbre. Como hablamos de todo un poco y los dos somos buenos lectores, nos intercambiamos recomendaciones. Entre las suyas, la más ferviente fue Volver la vista atrás. La compré al volver a Madrid y fue un acierto.

Volver la vista atrás es una novela fascinante. Juan Gabriel Vásquez nos cuenta, en formato casi autobiográfico, la juventud del director de cine colombiano Sergio Cabrera, una juventud, una vida, que no tienen nada de convencional.

Hijo de un refugiado español de la guerra civil, Sergio vivió en la China de Mao, donde recibió formación revolucionaria y fue joven guardia rojo. Cuando sus padres salen de China, su hermana y él permanecen en  el país, al cuidado del partido comunista, para seguir con su formación y viven el comienzo de la revolución cultural.

Al volver a Colombia los dos hermanos forman parte de la guerrilla del EPL, en la que el protagonista permanece durante tres duros años. Una vida muy diferente de las que conocemos, muy bien narrada, desde la perspectiva del Sergio adulto que se encuentra con su hijo adolescente.

Una novela muy interesante que me gustó leer y que recomiendo sin dudar.

Hamnet, de Maggie O’Farrell. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Hamnet fue mi primer contacto con Maggie O’Farrell, una escritora escocesa con la que, estoy seguro, voy a mantener una relación larga. Lo había visto en varias librerías y me había llegado alguna recomendación. Cuando también apareció en el grupo de Lectores del que ya he hablado aquí en otras ocasiones, me decidí a leerlo.

Es una novela muy interesante, llena de sensibilidad. La muerte de un hijo trastoca de forma terrible la vida de una familia.
El padre es un famoso autor teatral (nunca se dice que se trata de Shakespeare, aunque se le reconoce perfectamente). La madre, la verdadera protagonista, es una curandera semianalfabeta de gran inteligencia natural. La vida de un matrimonio tan desigual sufre una complicación adicional al vivir cada miembro de la pareja en una ciudad diferente.

La ausencia, el duelo y la manera en la que la autora es capaz de trasladarnos al ambiente del siglo XVII en Inglaterra, la convierten en una gran novela.

Volver a dónde, de Antonio Muñoz Molina. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Al contrario de lo que ocurría con los dos autores anteriores, he leído mucho a Antonio Muñoz Molina desde que lo descubrí con su Beatus Ille, allá por el año 1986. Veo en mis apuntes que ésta, Volver a dónde, es mi vigésima lectura de este autor, casi su obra completa.

Aprovechando el encierro provocado por el confinamiento que nos trajo la pandemia hace ya casi dos años, Muñoz Molina escribe una especie de diarios, a medio camino entre la actualidad y la nostalgia (o más cerca de la nostalgia en este caso). Poco a poco se va internando en los recuerdos de su familia en su Úbeda natal; la huerta y el puesto en el mercado que fueron el centro de la vida de su padre. A partir de las plantas de tomate que empieza a cultivar en su balcón del barrio de Retiro en Madrid se acerca a los consejos de su tío, que aún mantiene una huerta en el pueblo.

El contraste entre los tiempos complejos del confinamiento y el pasado en su pueblo, que para algún miembro de su familia sigue siendo presente, lo que ganó y lo que perdió al salir del pueblo ante su inutilidad para los trabajos del campo, la normalidad tan diferente a la que piensa que se va a volver tras la pandemia y los sucesivos errores de los políticos, especialmente sus enfrentamientos en un momento trágico, constituyen la trama  del libro. Un libro bien escrito, entrañable, que se lee bien, pero que, seguramente, no es la mejor obra del autor.

Con estos se completan los sesenta libros que leí a lo largo del año pasado. Me gustaría haber dado alguna buena idea o algún consejo a los lectores (de libros en general y de este blog en particular).

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