En marzo seguí leyendo bastante, pero frente a los ocho libros que había terminado en febrero, en ese mes sólo terminé tres. Mantenía a medias varios libros de no ficción que no llegué a terminar y las tres novelas que finalicé eran más bien largas, en el entorno de las 400 páginas.
Empecé el mes con Simón, de Miqui Otero. Una novela curiosa e irregular, con dos primos y un bar de barrio como protagonistas.
Simón nació en ese bar y siempre ha admirado a su primo, algo mayor que él, que hace tiempo desapareció y del que casi no tiene noticias, aunque en algún momento llega a ser chef en un restaurante importante del País Vascofrancés.
De fondo los últimos 30 años de Barcelona, con los Juegos Olímpicos, las crisis, los atentados de 2017 o el referéndum del 1 de Octubre y sus consecuencias. También en el fondo los libros. Todo está en los libros: el dinero también.
A lo largo del año pasado fui leyendo y disfrutando la serie de novelas sobre la familia Cazalet. Cuando vi en mi librería otra novela de Elizabeth Jane Howard no dudé en comprarla, aunque el librero me advirtió que era una obra menor, no comparable con la pentalogía sobre los Cazalet.
Como cambia el mar es, no obstante, una novela interesante. Un libro con cuatro personajes: Emmanuel Joyce, un famoso autor teatral, su esposa Lillian, Jimmy, el joven representante que parece tener un papel secundario, aunque acabe sorprendiéndonos y la joven Alberta Young, a la que contrata como nueva secretaria y acaba convirtiéndose en la protagonista principal. Un cuarteto interesante, con escenarios en Inglaterra, Nueva York y en las islas griegas. Una entrañable historia sobre las consecuencias de los sentimientos que se ocultan.
Había oído hablar de Elena Ferrante, ese misterioao personaje italiano que escribe bellos libros pero oculta su personalidad, pero no había leído ningún libro suyo. Elegí en la librería La vida mentirosa de los adultos. Pronto me di cuenta de que no había sido una buena elección para empezar a conocer a la autora. Seguramente me esperaba otra cosa (como las que he leído después y comentaré en su momento).
La vida mentirosa de los adultos es un relato de adolescencia, narrado en primera persona por Giannina, que en las últimas páginas cumple 16 años. Ella lleva una vida refinada en un barrio acomodado de Nápoles, pero siente atracción por la zona deprimida de la misma ciudad de donde procede su padre y en la que sigue viviendo parte de su familia.
La adolescencia, Nápoles y las diferencias sociales parecen constantes en la obra de Ferrante, al menos en la que yo he ido conociendo.