Empezamos mayo en la casa de La Ribera. Habíamos prolongado la Semana Santa (eso de ser jubilados tiene alguna ventaja, aunque no siempre lo parezca) y no volvimos a Madrid hasta los últimos días del mes, cuando ya tocaba iniciar el ritual de las revisiones médicas de fin de primavera y comienzos de verano (esto ya no es por jubilado, simplemente por ser mayor).
A lo largo del mes terminé de leer cinco libros, más o menos al ritmo de uno por semana; tres de ellos eran novelas.
Empecé con un libro atípico, bastante alejado de mis lecturas habituales. Cuando vi que mi amiga Macarena Estévez había publicado un libro de introducción a las matemáticas, supe que tenía que leerlo. Maca es matemática como yo, pero mucho más lista y más al día. Ella ha triunfado en todo lo que se ha propuesto y todos le admiramos.
El libro se titula Tu cerebro es un prodigio analítico, aunque tú no lo creas. Y lleva como subtítulo Activa tu mente analítica sin aprender matemáticas. La autora nos va llevando poco a poco, a través de ejemplos de aritmética elemental (algo menos elemental según se va avanzando) al conocimiento de nuestra capacidad de pensar y analizar.
Además de amiga y colega de profesión, Maca ha sido en diferentes momentos de nuestras carreras competidora, colaboradora, proveedora y muchas cosas más. Es una gran conferenciante y presentadora. Explica las cosas más complicadas (yo la dejé presentando modelos matemáticos, pero ahora está con la Inteligencia Artificial y con los sistemas más complejos de análisis de datos) como si estuviera contando el cuento de Caperucita, así que imaginen cómo es cuando hace una introducción a la matemática elemental para personas a las que no les gustan las matemáticas. No sé si conseguirá que esas personas lean el libro, pero si lo hacen, el éxito lo tiene asegurado. Se trata de una introducción amena y sencilla, que sólo al final se complica un poco, muy poco.
Habrá que estar atentos a nuevas publicaciones, porque Maca promete que esto es el comienzo de una serie de libros. Ojalá tenga éxito y consiga que muchas personas que detestan las matemáticas que no conocen, empiecen a quererlas un poco.
El castillo de Barbazul, de Javier Cercas, fue mi primera novela del mes. Se trata de la tercera entrega de la serie que tiene como protagonista a Melchor Martín, el supuesto héroe de los atentados de Cambrils de hace unos veranos y que empezó con Terra Alta.
En esta ocasión Martín, que dejó los Mossos y ahora es simplemente bibliotecario, se enfrenta a un depredador sexual que abusa de su hija (una niña en anteriores novelas, pero ahora, en 2035, ya una joven de 17 años). Parte de la obra transcurre en Mallorca, en el entorno de Formentor y el puerto de Pollença. Y aunque se desarrolle dentro de 13 años no hay nada de tecnología ficción; todo es como ahora.
Es una novela entretenida, fácil de leer.
Unos días después terminé La sociedad del desconocimiento, del filósofo Daniel Innerarity, que había ido simultaneando con otros libros a lo largo del mes. Se trata de un conjunto de artículos sumamente interesantes sobre el mundo en el que vivimos y los efectos de la pandemia en nuestras creencias.
Hace unos años asistí a una conferencia suya en el Espacio de Fundación Telefónica. Me pareció un personaje interesante y desde entonces intento seguirle. Suele publicar en El País, La Vanguardia y algunos diarios de Vocento, aunque yo (ya lector de pocos periódicos) suelo llegar a sus artículos a través de Twitter.
Este libro recopila artículos filosóficos y sociológicos escritos a partir del inicio de la pandemia y hasta aproximadamente un año después. Analiza cómo ha cambiado la noción de conocimiento, hasta el punto de que se discute a los científicos pese a sus éxitos y se les pone al nivel de cualquier charlatán. Esto, que seguramente siempre pasaba, cobra ahora una nueva dimensión con la amplificación que producen las redes sociales y su repercusión en los medios (casi siempre con poco criterio).