El pasado octubre no fue el mejor mes de mi vida. Se me juntaron un par de problemas de salud que lo han cambiado todo y, aparte del tiempo dedicado a las visitas médicas, me costó bastante asimilarlo. Ahora ya está.
Tampoco fue uno de los momentos de mayor número de lecturas, en parte por lo que he comentado, pero también porque mucho de mi tiempo lo dediqué a un libro muy interesante, pero también muy largo.
Los Effinger, una saga berlinesa, de Gabriele Tergit es una novela inmensa, en todos los sentidos (ocupa algo más de novecientas páginas). Recoge la historia de Alemania durante más de setenta años, desde los tiempos de Bismark a los de Hitler a través de cuatro generaciones de una familia de comerciantes, industriales y banqueros alemanes, que también eran judíos, una condición que tiene un peso muy diferente en unas épocas y otras.
La novela transcurre a través de varias guerras, en las que participan algunos de los protagonistas, fuertes altibajos económicos, como la crisis de la hiperinflación en la República de Weimar, tras la Primera Guerra Mundial y todos los cambios sociales y políticos que se van produciendo a lo largo de todos esos años.
Es una impresionante inmersión en la historia de Alemania, y de una parte importante de Europa, a lo largo de un periodo crucial.
Puede dar un poco de pereza pensar en abordar un libro de 900 páginas, pero es una novela que se lee muy bien, con un estilo variado y ameno y con capítulos cortos, lo que puede suponer una buena ayuda. También ayuda en el seguimiento y comprensión el gráfico con el árbol genealógico de la familia, que aparece en las primeras páginas y en algunos momentos sirve para no perderse entre el gran número de personajes que desfilan por sus páginas.
Un libro muy recomendable para quienes puedan dedicarle tiempo a su lectura.
La otra lectura que terminé este mes también fue de ficción. En este caso un libro de relatos: No soy yo, de la escritora vitoriana, Karmele Jaio. Ya he comentado alguna vez que, gracias a mis hermanas, que me van poniendo al día, estoy hecho un experto en todo lo que publican los escritores de mi tierra.
En este caso se trata de catorce relatos sobre mujeres que miran hacia atrás y se preguntan dónde han quedado sus sueños; que intuyen que la vida se les escapa y sienten la urgencia de aprovecharla como sea.
Son relatos breves, de una diez páginas cada uno, pero de gran intensidad.
Tratan temas muy actuales e interesantes, siempre sobre mujeres que inician la segunda etapa de sus vidas, unas vidas que se les escapan entre los dedos y a las que necesitan sacarle un partido que hasta ese momento sienten que no estaban consiguiendo.