Este año no pudimos alargar mucho las vacaciones de verano. En los primeros días de septiembre tuvimos que volver a Madrid a empezar una nueva racha de revisiones médicas. Pasé un par de meses muy bajo de ánimo. Pero la lectura me ayudó a mantener el tipo.
Los primeros dos libros los leí todavía en La Ribera, eran cortos y, aunque fueron pocos días me dio tiempo.
Formas de estar lejos es una novela de Edurne Portela, una escritora vasca de la que ya había leído antes algunos libros interesantes.
En este caso se trata de una novela corta, de unas 200 páginas, una novela actual sobre el desarraigo, el deterioro de una relación, la soledad y el miedo al otro. Una vasca y un estadounidense se conocen y viven una relación en un pequeño pueblo de Estados Unidos. En realidad comparten sus soledades y desapegos.
Cuando la relación se deteriora, surgen los miedos y los problemas, que la distancia con la tierra de origen agrandan y magnifican.
En mi opinión no es una gran novela, pero sí toca un tema interesante y se deja leer con interés.
Continué con Elegía, también una novela corta, en este caso de Philip Roth, un autor que nunca defrauda. Se trata de una obra breve, pequeña en dimensión, pero de una gran profundidad: una vida intensa, vista desde sus últimos capítulos, con sus soledades y sus pasos por el hospital. En mis circunstancias me siento muy identificado: alguno de los momentos que describe (una operación por obstrucción de la carótida, con anestesia local, por ejemplo) lo he vivido yo también en los últimos años. Y seguro que me quedarán algunos más.
Hacía tiempo que no leía a Philip Roth. El reencuentro con este gran autor, aunque en este caso sea a través de una obra de pequeña dimensión, ha merecido la pena.
En este caso fue una recomendación del grupo de Lectores del que ya he hablado aquí en varias ocasiones.
Creo que también fue una recomendación de ese mismo grupo El verano sin hombres, de Siri Hustvedt. No había leído nada de esta autora y sí varias obras de su marido Paul Auster; pero los dos tenían un Premio Princesa de Asturias (o Príncipe; no recuerdo el momento de cada uno de sus premios). Me picaba la curiosidad y pregunté en el grupo: me recomendaron un par de obras y esta era una de ellas.
Es una novela muy entretenida. La protagonista es una poeta que vive un momento personal complicado. Un grupo numeroso de mujeres, por un lado chicas adolescentes y por otro ancianas, dan lugar a un ambiente interesante y muy entretenido, plagado de anécdotas y reflexiones. El marido y la hija de la protagonista también juegan un papel, si bien más alejado, como parte del fondo del cuadro.
Me llamó la atención que en algún momento de la obra la autora cita a Daniel Dennet, el autor de otro de los libros que estaba leyendo (De las bacterias a Bach). Como se trata de un libro más largo y más denso, que tardé más tiempo en leer, mi reseña aún tardará algún tiempo en llegar.
Ya en Madrid terminé La anomalía, de Hervé Le Tellier, una novela que había sido recomendada varias veces en el ya repetido grupo de Lectores.
La anomalía es una novela fascinante, con gotas de ciencia ficción, matemáticas, literatura, filosofía…y mucho humor. Se trata de una ciencia ficción muy actual, con múltiples referencias de todo tipo (literarias, históricas, físicas, matemáticas, filosóficas,…). El autor es miembro del grupo OuLiPo (Ouvrier de Literature Potentiale), que crearon hace varias décadas Queneau, Perec y otros genios franceses, casi todos relacionados con las matemáticas, que siempre hicieron literatura experimental muy interesante.
Me pareció un libro excelente, muy entretenido y que hace pensar en realidades diferentes de la que transitamos.
Terminé el mes con la lectura de Un plan sangriento, el caso Roderick Macrae, de Graeme Macrae Burnet. Basada en un crimen real en la Escocia depauperada de principios del XIX, en la que el protagonista tiene un lejano parentesco con el autor. Escrita con un estilo muy curioso y peculiar. Impresionan las descripciones del ambiente de extrema pobreza en la que viven tanto el protagonista y su familia como la mayor parte de los vecinos.
Muy interesante.
En resumen, un mes en el que todos los libros que terminé fueron novelas, pero de características muy diferentes entre sí.