Mis lecturas de verano: A corazón abierto

No he leído mucho a Elvira Lindo. Algún Manolito Gafotas, cuando mi hija era pequeña y algunos artículos, cuando aún leía periódicos. Pero no era una de mis articulistas favoritas. Todo lo contrario me ocurre con su marido, Antonio Muñoz Molina, del que he leído casi todo lo que ha publicado.

Con lo que estoy escribiendo estos últimos meses sobre mis lecturas, creo que queda claro que no tengo prejuicios contra la literatura escrita por mujeres.

El caso es que conocí personalmente a Elvira cuando coincidimos, hace ahora cuatro años, en un programa de La 2 (Millennium) sobre el legado de Obama. Lo conté aquí. Por cierto, en aquel programa todos dimos por hecho que Clinton ganaría las elecciones a un Trump que parecía una caricatura de lo que debería ser un presidente. Un mes después vimos que estábamos equivocados.

Creo que a la autora no le sentó muy bien que, al salir, yo dijera que había leído mucho a su marido.

Portada del libro A corazón abierto (FOTO: E.Madinaveitia)

Varias personas me hablaron bien de A corazón abierto, la nueva novela de Elvira Lindo; pocas veces se tiene ocasión de leer algo de un autor al que conoces personalmente, aunque sea sólo un poco. La compré y ha sido otra de las lecturas de este verano que, para mí, aún continúa.

A corazón abierto es un libro en gran medida autobiográfico. El protagonista de la novela es el padre de la autora, un hombre hecho a sí mismo que, pese a tener sólo estudios elementales, acaba siendo algo así como el interventor de una empresa tan importante como fue Dragados. Eso les lleva a vivir en diversas partes de España, entre otras en El Atazar, donde se estaba construyendo la presa del gran embalse que ahora abastece de agua a Madrid.

Manolo, el protagonista, es un hombre de fuerte personalidad, un padre autoritario, como tantos de esa época, un superviviente de la posguerra, al que, de niño, sus padres enviaron a Madrid a vivir con una tía, por la que no se siente querido. Se pregunta por qué le tocó a él, que no es el mayor, ni el pequeño (una sensación que compartimos muchos de los que ocupamos posiciones centrales en las familias: ¿por qué a mí?). Un hombre que, desde pequeño, toma sus propias decisiones: se va de Madrid y busca, en otros parientes, su nueva familia.

Casado con una mujer de corazón débil y padre de cuatro hijos, forma una familia numerosa típica del momento, con muchas características comunes con tantas otras familias de clase media.

La novela es, además del retrato de una persona muy próxima a la autora, un reflejo de la sociedad española de la época, la evolución del franquismo, los colegios religiosos, la importancia de las grandes constructoras en tiempos de desarrollo y construcción de grandes infraestructuras.

Un libro interesante por muchos motivos.

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