El sábado murió Claudio Martínez, un grande de la investigación de audiencia y, sobre todo, para mí, un amigo.
Ayer yo estaba en Antequera, donde había acudido para la boda de mi sobrino José Antonio, y al despertar ví que tenía un gran número de llamadas perdidas. Hasta cuatro personas habían intentado ponerse en contacto conmigo para darme la mala nueva. No he podido acudir a ninguno de los actos de despedida. Este artículo sólo puede ser una mala sustitución.
Conocí a Claudio hace ya muchos años. Yo trabajaba en RTVE cuando a mediados de los ochenta, por diversas circunstancias, hubo que hacer un estudio de audiencia de radio en la Comunidad de Madrid, que tuve que dirigir. Cladio acababa de llegar a la Cadena SER, creo que procedente del Grupo Zeta. Fue un estudio en el que participaron todos, desde las grandes cadenas a las emisoras más pequeñas, algunas de ellas con pocos años de vida. Nos reunimos muchísimas veces a lo largo de los dos años que duró.
Claudio represento en el estudio a la Cadena SER, que entonces no era tan grande como ahora, aunque sí tenía una importantísima historia detrás. Ahí surgió una excelente relación profesional, que se reforzó cuando compartimos mesa en la Comisión Técnica de AIMC y acabó convirtiéndose en una gran amistad.
Miro hacia atrás y veo que salvo un breve paréntesis, a comienzos de los años noventa, en que Claudio trabajó en Saatchi & Saatchi y yo ya estaba en Central Media (dos empresas del mismo grupo) siempre hemos defendido intereses diferentes; casi siempre opuestos; pero incluso cuando teníamos que pelearnos, nos llevábamos bien. Y pienso que justo cuando estábamos en el mismo grupo puede que tuviéramos menos relación.
Comíamos juntos de vez en cuando, una o dos veces al año, pero hablábamos mucho más. La última vez que nos vimos, hace poco más de dos semanas, en la asamblea de AIMC, hablamos de quedar para charlar largo y tendido. Ya no podrá ser.
Claudio fue un grande de la aplicación de los datos de audiencia. Gracias a él los datos de audiencia ayudaron a hacer una mejor radio y seguramente la radio ayudó a hacer mejores datos de audiencia. Creo que muchas de las características de la radio española actual (y no sólo de la SER) tienen mucho que ver con la interpretación que Claudio hacía de los datos. Por supuesto que la SER le debe mucho a Claudio, algo que, en mi opinión, no le reconoció del todo. Fue Director Comercial y de Marketing, pero estoy seguro de que en algún momento esperó llegar más alto. Desde luego, se lo merecía. Seguro que una visión más técnica como la suya y no tan política como ha tenido siempre, no le habría venido mal a la cadena.
Con 72 años y su mala salud de hierro, Claudio no se había jubilado del todo; creo que nunca lo habría hecho. Él tenía que estar siempre al tanto de los datos de audiencia, de los estudios que se hacían y los que se debían hacer; no podía pasar sin dar su opinión, siempre acertada.
Claudio era argentino, creo que descendiente de asturianos (en un comentario su hermano Jorge me rectifica: eran gallegos). Aunque llevaba aquí muchísimos años, más de la mitad de su vida, nunca perdió (supongo que no quiso perderlo) el suave acento de allí. Tenía un gran sentido del humor; ácido en ocasiones, pero siempre afilado y certero. Era un gran ponente, al que gustaba escuchar y un gran polemista, con el que daba gusto charlar y discutir.
Además del cariño, nos teníamos un gran respeto profesional.
Claudio, te voy a echar de menos.
Le acompaño en el sentimiento , Dicen que cuando un amigo se va queda un espacio vacio que nunca podrá llenar la presencia de otro amigo. Hay que resignarse, tener comprensión y paciencia para soportar los lógicos avatares de esta vida. Descanse en paz su gran amigo y competidor.
Yo también estaba en Antequera. Me impactó la noticia cuando me la diste. Creo que sólo he visto dos veces a Claudio en persona pero era de los que se hacían querer. Él me tenía un cariño especial, supongo que heredado. Siempre me escribía para desearme Feliz Navidad. Y de vez en cuando, lo hacía con la excusa de pedirme tu correo electrónico. Seguía de cerca mis pasos. Me hacía sentir especial.
Claudio, yo también te echaré de menos. Descansa en paz.
¡Que fatídica invocación!
Hace apenas una semana, estaba comiendo contigo y recordábamos a Claudio.
Te contaba como, desde mi condición de sombra femenina y borrada, le había agradecido mucho que me reconociera que, a su pesar a veces, no pasara una en el encaje milagroso de conexiones y desconexiones de emisoras con las que las diferentes cadenas de radio y la SER en concreto, alcanzaban su audiencia .
Claudio vivía con pasión y en carne propia los datos de Audiencia de su cadena, y era el primero en esperar los datos de cada oleada.
Cuánta razón tienes al mencionar todo lo que Claudio hizo por su radio: detrás de la SER estaba su cabeza rápida como el rayo para saber qué emisora perdida podría ser ese grano de arena que construyera la montaña.
Siento mucho no haber sabido nada antes, a pesar de no haber estado yo también en Antequera.
Como no he podido despedirme de él y abrazar a su viuda, le mando mi recuerdo a Matilde, su compañera de años en la SER; el otro lado del triángulo laborioso con el que tantas horas pasábamos para poder registrar adecuadamente en AIMC la arquitectura exacta de su radio.
Sí, Happir; creo que contigo fue con la última persona que yo hablé acerca de Claudio en vida. Matilde fue la primera persona que intentó localizarme el domingo y quien, de hecho, acabó comentándome de viva voz cuando ya había recibido la noticia por la vía de los mensajes.
Muchas gracias, Eduardo, por tu recuerdo de mi padre. Tienes toda la razón, Claudio amaba la radio, se desvivió por investigarla, mejorarla, por exponer sus siempre sabias opiniones a compañeros y colegas. Pero, sobre todo, Claudio era una persona increíblemente generosa que jamás escamoteó a nadie -aunque casi no le conociera- el favor o el extra que necesitara, por mucho tiempo o esfuerzo que le supusiera.
A ti te quería y admiraba. Por favor, no lo olvides nunca.
Eduardo, ya ves de lo que ha sido capaz Claudio. Sin conocernos y desde el otro lado del mundo, compartimos este aire de familia: somos los amigos de Claudio. Estos que, aquí y allá, hemos quedado desolados. Ahora nos faltará el caro fratello de sus mails, nos quedamos sin la generosa observación precisa ante cada consulta. Ya no tendremos el pa´lante con el que sabía estimularnos en los momentos difíciles.Y tampoco repetiremos las sobremesas interminables en Madrid o en Buenos Aires. Qué dolor, se fue el Troesma…
Deteniendo el tiempo con su siempre benefica charla, ilustrandonos sobre la probabilidad de recobrar siempre la radio, no sólo en su país de adopcion, estaremos en una mesa con un café, o debatiendo en algún encuentro sobre hechos múltiples que siempre nos delvolvian a nuestro primer amor “la radio”
Tantos años, tantas palabras, tanta amistad brindada a la distancia.
Un adios para un grande, en cada aspecto de su vida, y el hasta siempre al querido Claudio, sin duda un maestro.
Yo también quisiera hacer un aporte a esta despedida de amigos de Claudio. A mi como a muchos me dio el apoyo y el calor de su amistad en los momentos que lo necesité. Otras veces con su generosidad desmedida, supo darme el consejo justo que mi atribulada mente en ese momento no encontraba. Qué gran amigo ha sido para todos los que lo hemos conocido como compañero de trabajo o como amigo de la vida. Su talento brillaba ya cuando lo conocí allá por la década de los 60′ en LU9 Radio Mar del Plata.
A los juveniles 22 años su creativo convenio de grabaciones de “tandas comerciales”, como le decíamos en ese entonces, encendió la antorcha que iluminó la libertad de los locutores de todas las radios años depués, para grabar los comerciales en toda la radiodifusión argentina.
Los que gozamos de la Gran Radio de aquella época, jamás olvidaremos su paso y su impronta en la querida LR3 Radio Belgrano de Buenos Aires.
Ya lo dijeron todos. Se fue un grande de la radio y un amigazo con mayúsculas al que nunca podremos reemplazar en nuestros corazones.
Como hermano de Claudio, y tambien en nombre de mi hermana Mary, quienes vivimos en Argentina,
deseo agradecer todos los comentarios elogiosos que le hacen a mi hermano Claudio. Por suerte veo que Julio Lagos y Horacio de la Canal quienes lo conocieron trabajando en Argentina, se hayan enterado sobre esta triste noticia para toda la familia Martínez Dominguez.
Yo solo quiero destacar al ser humano que era mii hermano, su inteligencia, su creatividad, y compromiso con todo lo que hizo a lo largo de los 72 años de vida.
Gracias al señor Medinaveitía por el recuerdo de nuestro querido hermano, el madrileño que nació en Buenos Aires. Por último y como homenaje a nuestros padres, quiero comentar que eran “gallegos”
Conocí a Claudio en 1969.
El estaba en Radio Cine y Televisión de Ricardo de Luca Publicidad.
Luego comenzamos una especie de convivencia que pasaría de lo laboral a lo personal y que duró hasta ahora, hasta que él, involuntariamente, nos tuvo que decir “adiós”.
Un ser excepcional que se ganaba en afecto de todos a quienes trataba. Nunca podremos olvidar lo momentos que pasamos en uno de los viajes con mi familia. Quienes también le tenían el cariño de amigo y hoy también, Elda, no puede creer que no vaya a recibir más mis noticias de Claudio Martinez Dalke.
Que es como siempre lo conocimos.
Según leo el blog me entero de esta triste noticia. Y resulta inevitable que se me escapen las lágrimas. Eduardo… cuánto agradezco este espacio que me permite mantenerme cerca!!
Traté poco a Claudio,menos de los que me habría gustado. Sin embargo, los encuentros fueron muy importantes para mi. Compartíamos cierto gusto por la ironía, la provocaciòn dialéctia y, sobre todo, por la visión ácida de Mafalda ante la realidad.
Claudio,te echaremos de menos. Y ten piedad con tus nuevos amigos,allá donde vayas… Necesitarán tiempo para acostumbrarse a tus provocaciones.
Ethel, Claudio Junior, Marcela
A Uds, que están sintiendo el iremediable vacio por la pérdida de Claudio, dejo aqui el testimonio de mi cariño y presencia a su lado. Y mi añoranza por el querido primo, cuya companhia era siempre una tierna, intensa presencia, de la cual disfruté bien poco, pero lo suficiente para apreciarlo mucho.
Claudio era un todo un personaje al que nos será difícil olvidar y al que seguro que con mucha frecuencia echaremos de menos. Una personalidad fuerte, poderosa, con una innata vocación de liderazgo. En su vertiente profesional, era una suerte tenerlo de aliado pues su pasión y su capacidad polémica hacían milagros. Pero si jugaba en el equipo contrario era una auténtica pesadilla, puedo atestiguarlo. Y la historia reciente de la investigación de audiencia en España está impregnada de su actuación y personalidad. Creo que el mercado le debe mucho. Allá donde esté ahora no me cabe duda que, desde luego, no pasará desapercibido. Suerte, pibe.
Claudio fue un hombre brillante, inteligente, sensible y generoso. Trabajador incansable, intuitivo, amigo de sus amigos (Caty va por tí, Pepe, Osvaldo y tantos otros) y dispuesto siempre a compartir sus conocimientos con compañeros, subalternos, alumnos o admiradores de sus múltiples talentos. Tenía magia. Agradecido a sus padres: Emilia y Modesto, orgulloso de sus hijos: Claudio y Marcela, preocupado por Ethel, amante de sus nietos.Todos eran especiales, aunque Guille tendrá siempre un ángel a su lado. Visca Barca!. Jorge, Mary (te adoraba), Milly…os quería muchísimo. No se va. Nos deja su estela: luchador incansable, humor incombustible, carácter fuerte que se fue dulcificando con los años. Siempre una sonrisa a pesar de los pesares. No te vas. Siempre estás y estarás en nuestros corazones y cuando mire al cielo habrá una estrella: la más brillante y serás tú, organizando algo allá arriba, echando una mano, arreglando entuertos…y al lado de los que más quieres, como siempre. Incombustible y eterno. Va por tí. Te queremos.
El funeral por Claudio será el próximo jueves 26 de abril a las 20:30 en la calle Diego de León 36. (Parroquia Virgen Peregrina de Fátima)