Llevo poco más de dos semanas en la blogosfera y ya empiezo a darme cuenta de lo que puede llegar a ser esto.
Mientras sea abarcable, al menos una vez a la semana voy a tratar de referirme a las opiniones de mis comentaristas.
El viernes pasado recibí varias críticas. Con algunas estoy básicamente de acuerdo, aunque pueda discrepar en los detalles. Pero la verdad es que impresiona un poco cuando a uno le ponen algo tan razonado como el que hace Pamplinero: “eres un soplagaitas”, así, sin más.
He encontrado algunos amigos (Carlos, Víctor, Jose) que desde el primer día se alegran de verme por este nuevo mundo virtual; hasta alguna admiradora como María, que se dedica a lo mismo que yo. También encuentro a Iván Puigmartí, a quien conozco de otro blog, el que mantiene Jaime Agulló en la revista Anuncios.
Como se irá viendo en este blog yo soy un defensor a ultranza de la publicidad como sistema de financiación de los medios (casi todo son ventajas) y un duro enemigo de su abuso. El mal uso de la publicidad, las cantidades excesivas a las que parece que no nos queda más remedio que acostumbrarnos, es malo para todos: para el consumidor, para el público en general y, desde luego, para los propios anunciantes.
Creo que la tecnología puede acabar tendiendo una trampa a todo el sistema en el que se basa esta sociedad de consumo: queremos tener las cosas gratis y a la vez no tener que ver la publicidad que nos las paga.
La disculpa viene en bandeja: hay demasiada publicidad. Y es cierto
Pero los anunciantes dejarán de pagar, de pagarnos los medios, si no vemos su publicidad.
Se trata de encontrar ese equilibrio.
Publicidad masiva no, propone segmentar. En eso es en lo que estamos desde hace tiempo los que nos dedicamos a esto, pero está claro que no basta (además de que no se está haciendo bien).
I’m cool boy y Antonio Larrosa, desde posiciones diferentes aportan el otro punto de vista: la publicidad da trabajo a mucha gente y por otra parte no sabemos vivir sin logotipos, sin marcas.
Cuando me metí en el charco del canon, que provocó la reacción airada de Goliat e Histeria (reconoced, de todos modos, que estaba un poco traído por los pelos) no esperaba ni esa reacción ni que alguien les tirara a ellos de los pelos como la patrulla del canon.
Me hace gracia la comparación que hace Goliat entre los manifestantes contra la guerra de Irak del PP y las firmas contra el canon que pueden acabar con el Gobierno del PSOE. Me parece un poco exagerado, pero es un asunto que ha provocado reacciones masivas.
Imagame, uno de los primeros días me llamó la atención sobre las posibilidades publicitarias de los videojuegos, un campo que desde luego no olvido y en el que ya es muy activa ZED Digital, una compañía del grupo ZenithOptimedia.
Y ya no segmentar, si no microsegmentar… cada día hay mas variables aplicadas a determinar a qué grupo pertenecemos, qué es lo que realmente nos puede interesar, cuales son nuestros hábitos de consumo, y se está trabajando en ello, pero mientras se demuestra qué método es mejor y qué no, se consigue financiación para realizar estudios y “cabezas pensantes” siguen dilucidando qué podemos hacer con lo que tenemos, continuaremos recibiendo publicidad de forma masiva. Pero aquí llego a un punto interesante: ¿Qué es realmente publicidad y qué no lo es?…
Cada día podemos recojer del buzón, o recibir llamadas o sms y demás fauna “salvaje” sólo porque una empresa tiene un fichero donde están nuestros datos… se los hayamos dado o no… es igual que los reenvíos de mails donde está nuestra dirección y otro “porrón” de direcciones de gente que no conocemos.
Esto si cabe es aún mas molesto y lo metemos en
el mismo saco. Cosa que creo que tampoco debemos meter en el mismo saco.
En fin, gracias por un lado y mil perdones por otro.
Je, je, simpático artículo que he leído con una sonrisa en los labios, la misma con la que le escribí la semana pasada a pesar de que mis letras pudieran parecer algo más enfurecidas. La mezcla de opiniones, ese popurrí ideológico que favorece todo blog con lectores mínimamente inteligentes, crea riqueza de pensamiento, de conceptos, de ideas. Estamos aquí para enriquecernos por dentro, ya que por fuera resulta bastente más complicado. Un saludo.
Eduardo, se merece Ud. todo nuestro respeto por tener la gentileza de hacer de este canal de comunicación una vía con dos sentidos, y yo además le alabo el gusto y la inteligencia, véase si no el descenso en visitas y comentarios de algunos colegas suyos de 20minutos.es que comenzaron atendiendo los comentarios de sus blogs y han devenido en pasotas recubiertos de una capa impermeabilizadora que para sí quisieran los fabricantes de chubasqueros.
Haga pues oídos sordos -en el literal de la expresión- a esos maleducados que insultan sin siquiera adornar con un mínimo argumento sus exabruptos: su mayor condena es que esos comentarios les definen sin margen para la interpretación, y además son incapaces de modificarlos una vez expelidos ;).
Me gustaría corresponderle con mi nombre de pila al menos, pero, mientras que a Ud. le pagan por escribir en este blog (mucho o poco, no nos importa), en mi caso es todo lo contrario, así pues lo dejaremos en un discreto Goliat. Y como Goliat le pido disculpas porque me/nos preguntaba Ud. por la dosis adecuada de publicidad que no sature el cocktail de los contenidos gratuitos hasta hacer precipitar el hastío de las “víctimas” de dicha publicidad, y al menos en mi caso no le hice ni puñetero caso. Me propongo enmendar dicha situación.
La segmentación no es la solución, ni mucho menos. Si un arquitecto está harto de ser bombardeado por docenas de mensajes publicitarios, lo estará aún más cuando esas docenas de mensajes sean de marcas de hormigón pretensado o vigas y forjados de nuevas aleaciones. No sólo le bombardean sino que lo hacen a conciencia. O si alguien quiere comprar un coche, tampoco quiere 20 anuncios de coches. Sólo quiere los que sean buenos en el sentido prestaciones o relación calidad/precio. ¿Para qué soportar catorce anuncios de coches peor y más caros que el resto? Pero claro, me contestarán que un buen producto es que se vende solo. No necesariamente.
El factor clave es la cantidad. Y la dosis tiene que estar necesariamente relacionada con el TIEMPO, el tiempo que se tarda en degustar el contenido vs. el tiempo que se tardaría en digerir toda la publicidad que se nos endose con el contenido. Y me aventuro a proclamar un tope del 15% para que el consumidor no perciba la sensación de hastío que le hace abandonar (a veces definitivamente) la publicidad con su producto incorporado: a hacer puñetas, ¡oiga! O en el mejor de los casos a librarse del 80% de la publi mediante precepción selectiva: no mirar fotos en los anuncios, no mirar vallas por la calle, manejarse con soltura en el zapping, alternar entre dos emisoras de radio al llegar las cuñas…
Ahora aplíquese a cada medio: anuncios en una peli vs. metraje de la misma, superficie de anuncios en un medio en papel vs. superficie total de noticias (y sobre todo el interés de las mismas), panfletos en el buzón vs. cartas recibidas, etc… Y tengan en cuenta que cuando un consumidor se cabrea (por ejemplo esa mala costumbre de Tele5 de meter 8 minutos de anuncios justo 2 minutitos antes del final de ciertas series, películas, etc…) luego tiene ya poco remedio, se empieza por prescindir de ver esos finales de series o películas, y se acaba dejando de ver esa cadena de TV. Por ejemplo.
Sepa que nos alegrará ver sus nuevos contenidos 😉 por esta blogosfera, especialmente porque se nos avecinan grandes cambios en el contexto del mercado publicitario que serán seguro objeto de su interesante análisis. ¿O no espera Ud. dichos cambios?
P.D. Quizá la cuarta o la quinta parte de los manifestantes contra la guerra de Iraq cambió el sentido de su voto al observar incrédulos los tintes dictatoriales del Gobierno del PP en 2004. No creo que en el caso de los firmantes bajo todoscontraelcanon lleguen a más de un 5% del total, pero este porcentaje crecería bastante si Rajoy usara con inteligencia esta baza, avivando las ascuas y comprometiéndose en firme a hechos concretos y con fechas detalladas.
P.S. Le dejo una reseña al respecto del rechazo popular (reactio populis) que genera el canon digital entre los votantes españoles y residentes:
http://www.20minutos.es/noticia/336805/l/#comentarios
¿La gota que colma el vaso que Solbes tacita a tacita llena? Se verá.
Hace un puñado de años, tuve una larga conversación sobre termitas con David Revilla. No, no era entomólogo sino ilustrador de la agencia en la que trabajaba entonces, pero un apasionado de la evolución, en concreto de la llamada “explosión del Cámbrico” y… bueno, no viene al caso.
La cosa es que lo apasionante de las termitas es que con un puñado de instrucciones simples les basta para estar perfectamente organizadas. Se adaptan con facilidad a cualquier evento o fenómeno nuevo simplemente siguiendo las instrucciones simples con las que están programadas.
Todo su mundo es tremendamente sencillo y funciona a la perfección. Aunque en apariencia, su sociedad parece compleja y realmente alcanzan objetivos admirables que parecen obra de cerebros desarrollados.
Desde que me dio por seguir los foros de publicidad y marketing veo varios hilos que giran alrededor de los mismos temas. Saturación, abuso, nuevas tecnologías y publicidad.
Una búsqueda breve en Internet nos revela decenas de foros comentando lo mismo, algunos son casi Oráculo de predicciones acerca de los Videojuegos, el Cine, Internet, dispositivos móviles, etc.
En lo que veo, y por supuesto desde la humildad de mi opinión, parece que se buscan soluciones y predicciones basándose en el conocimiento del funcionamiento de los canales de comunicación, estrategias de marketing, comparando el histórico de los diferentes medios.
A mi parecer, medimos los resultados con la misma precisión con la que lanzamos nuestros trabajos al público. La alegoría de la artillería viene al pelo. Bombardeamos al público desde la larga distancia y luego observamos los resultados buscando las columnas de humo con los prismáticos marcando coordenadas en un mapa. Ahora hablamos de segmentar y me imagino a un cabo apuradísimo subdividiendo cuadrantes en su mapa a toda prisa, bajo la mirada severa de su oficial.
¿Realmente es todo tan complicado?
No sé.
Quizá podría hacerse una lista de realidades. Lista que seguramente sería muy corta porque pocas deberían ser las entradas que pudieran considerarse totalmente ciertas. Así que, si en un principio se fueran añadiendo con cierta holgura luego debieran repasarse con una tolerancia más estricta.
El objetivo sería algo parecido al puñado de instrucciones de las termitas. Quizá algo tan simple, tan básico abra nuevos caminos, más efectivos, menos molestos.
No deja de divertirme que hayan sido los científicos, antes que los humanistas, los que hayan observado a los insectos sociales como modelos de toma de decisiones o de creación de soluciones.
Aun a riesgo de ser el siguiente “soplagaitas sin más” os dejo esta reflexión. Y por si os apetece empezar la lista de “Grandes verdades del público” ya que por aquí pasan y leen auténticos profesionales en esto de los medios, tengo curiosidad por ver lo que sale.
Saludos,
Ivan Puigmartí.
Hola Eduardo. Soy Raúl de la revista CONTROL. Bienvenido a la blogosfera. Ya veo que has tenido una entrada triunfal,jejejeje. Los blogs y los foros son lo que tienen: uno encuentra la polémica sin buscarla.
Me parecen muy interesante tus reflexiones y sobre todo lo que más me gusta es el tono; el mismo que mantienes ya sea escribiendo para una revista, como interviniendo en un seminario, como ahora en la blogosfera.
Mucho ánimo y cuidado con los canon, provocan tempestades.