Se acaba septiembre y no había publicado aún mi #Unoalmes.
La verdad es que entre agosto y la primera mitad de septiembre creo que, saliéndome de la línea habitual del blog, he hablado de algo así como trece libros, así que era difícil decidirse por uno de ellos.
Haciendo cuentas veo que dos de los que he citado en verano ya fueron mi #Unoalmes: Sumisión de Houllebecq en julio y Desorden de Solana en agosto.
Eso me hacía un poco más fácil la decisión.
Así que finalmente he elegido La mujer del reloj. Un libro del que he hablado hace tan solo quince días, una novela histórica que, además, es un thriller, una novela de intriga que nos reserva una enorme sorpresa para el final, como debe ser. Una novela que nos hace vivir en la Llanada Alavesa de comienzos del siglo XIX y luego en los valles del norte de la provincia para trasladarse al Madrid de José Bonaparte, al Cádiz de la Pepa, a la isla prisión de Cabrera o a la guerrilla contra las tropas napoleónicas y la batalla de Vitoria.
No conozco al autor, Álvaro Arbina, aunque seamos de la misma ciudad él es unos cuarenta años más joven, pero por esas maravillas de la técnica hemos tenido en estos últimos días cierto contacto por las redes sociales. Además de un buen escritor, que ya sé que lo es porque he leído su obra, y un arquitecto de formación, como puede verse en la solapa del libro, me lo imagino como una buena persona. Eso para mí es muy importante.
Como ya he dicho varias veces, La mujer del reloj es un libro muy recomendable.
A mí me encantó.