…y con todos los que se sienten perseguidos por un determinado tipo de periodismo.
No entiendo nada de Derecho. Así que, cuando he leído que la demanda de la semana pasada en Toledo estaba mal planteada…seguramente será así.
Pero para mí eso es como cuando un gran criminal sale libre por un defecto procesal. Seguro que tiene que ser así, pero lo accesorio se habrá impuesto a lo fundamental.
Yo entiendo que haya personas dispuestas a vender su vida privada. Y lo respeto.
También sé que eso vende.
Las televisiones hacen unos programas muy baratos y consiguen mucha audiencia. Rentabilidad pura.
Las revistas del corazón, y las de otros órganos menos nobles, han establecido todo un mercado de exclusivas. Y, bueno, no es que me encante la idea, pero si hay alguien dispuesto a vender y otro dispuesto a comprar y llegan a un acuerdo en el precio…será otra manifestación más de nuestra omnipresente sociedad de mercado.
Pero creo que si alguien quiere preservar su vida privada al margen de esas cosas, debería tener derecho a ello. Y los medios deberían respetar ese derecho.
Ya sé que a veces soy un ingenuo, pero quiero creer que aún son posibles unos medios con una cierta calidad y con audiencia suficiente.
Y también pienso que a alguno se le debería caer la cara de vergüenza por llamar periodismo a cierto tipo de trabajo sucio.
Recuerdo aquí los versos de Lope de Vega:
Sepa quié para el público trabaja,
que tal vez a la plebe juzga en vano,
pues si, dándole paja, come paja,
siempre que le dan grano, come grano.
Creo que los medios necesitan un poco más de grano…y un poco menos de carnaza.
Yo también estoy con Telma la Pelma. Aspiro a que elena se case con mi hermano para yo ser cuñada o lo que sea del Príncipe y que La Zarzuela se encarge de inscribir a mis hijos en el Registro Civil y de pagarles los colegios privados.
Pues estando de acuerdo con Ud. en lo básico que plantea, no lo estoy con Doña Telma, que demanda “a priori” a los periodistas por si EN EL FUTURO se pasan con ella, si se diera el caso en el que le acosen o crea que ha sido violada su intimidad, entonces entiendo que demande a quien corresponda, pero no antes. Por otro lado, da una imagen de antipatía u hostilidad que no creo le venga muy bien a la princesa, su hermana.
Por fin leo un comentario inteligente relativa al cerebro de los televidentes. Es ciertoe, ya lo dijo Lope, la gente consumimos lo que nos dan. Si no existen más que programas absurdos y de puro chisme (lo mismo que estaba mal visto hace años, el puritito cotilleo), pues nos acostumbramos a ver eso y no pensamos más allá.
En fin, que la pobre Telma se ha metido en un jardín en el que nunca tuvo que entrar y ahora no sabe cómo salir. Forma parte, quiera o no, de la Familia del Rey y como tal tiene que comportarse.
Enhorabuena por este blog; he llegado a él de casualidad, aunque soy una “heavy user” de los blogs de 20 minutos. Prometo añadirlo a la lista de mis favoritos; un bloggero que se confiesa tradicional, ex-Aquinas, y que además lee los comentarios que le dejan merece que tenga más idem que 5 por post.
Un abrazo, ánimo y continua, me encanta
¡Bienvenida, Susana! Cuento contigo.
Por cierto ¿qué tienes tú que ver con el Aquinas?
Me han encantado los versos de Lope. Ya los conocía pero nunca se me habría ocurrido relacionarlos con la audiencia.
Y yo.
Yo no estoy de acuerdo.Ellos tienen beneficios que los españolitos normales no tenemos,como pasar por ser quien es, de cooperante a jefa de ONG,y otros mucho mas,cuanto gana un cooperante?lo que no se puede es tener tantos privilegios y tan pocas obligaciones
Pues yo creo que en el caso de Telma se combinan dos temas que para mí gusto no están relacionados. Uno, los favores que adquiere por ser hemana de Leticia y dos, la persecución inhumana a la que un paparazzi puede someter a una persona por sacar unas fotos ( se dice que insultan, provocan, hacen encerronas, meten la pata en el coche para que no se pueda cerrar la puerta, etc…). No sé, me molesta ese aprovechamiento que hacen algunos periodistas y fotógrafos mercenarios de los supuestos privilegios que parece Telma que ha obtenido para justificar que ellos puedan ir a la caza de la persona cómo quieran y dónde quier. Es cómo decir, bueno porque has inscrito a tu hijo fuera de horario de oficina del registro civil yo te voy a perseguir con mi coche todo el día, te voy a sacar todas las fotos que quiera allí dónde estes y si éstas me parecen un poco aburridas, voy a agobiarte un poco, llamarte tonta del culo para que te alteres, salgas enfadada y el tío de la revista que me compre las fotos me page más. Pues de pena. No sé porqué ha esto le llaman periodismo.
Que investigue la prensa como es que está en La Agencia de Cooperación Internacional…Una persona que no ha hecho las oposiciones y que además no tiene la titulación. De estar enchufada no se queja, ni tampoco de llevar los vestidos caros (que por cierto, les pagamos entre todos para que encima, no nos deje que la veamos), ni de vete tu a saber que otras prebendas que nosotros, los humildes y tontos contribuyentes les costeamos….
Comparto comentario, y no así otros, no me parece justificable creernos con derecho a conocer la intimidad, la vida o el devenir de nadie. Menos aún cuando muestra su disconformidad explícitamente. Ni siquiera se trata de un personaje relevante en ningún ámbito público, ni es política, artista, ni célebre. Tiene derecho a pastar en la mayor calma, a describir las líneas de su vida al margen de cámaras incipientes que sólo persiguen un descuido al subir o bajar del coche, un mal gesto público o un ligue. Su vida pública queda restringida al excluisvo ámbito de los actos oficiales a los que sus vínculos sanguíneos la requieren por imperativo. Nada más. Es gratuito afirmar que se viste con dinero de todos, o que sus logros profesionales se deben al favor de la monarquía, en realidad son datos que desconocemos a ciencia cierta y que, por lo menos, merecen el beneplácito de nuestra duda. Considerar que “nos pertenece su vida” como peaje del matrimonio de su hermana, supondría algo tan absurdo como sentir a Sonsoles parte de nuestra familia, por costear su matrimonio. La monarquía, al igual que los políticos, reciben un sueldo a cambio del trabajo que desarrollan por y para los ciudadones españoles y el Estado español. Es decir, con su labor cubren la obligación por la que se les paga. El resto, las cámaras a la puerta de sus casas, el cotilleo barriobajero y las tertulias para retrasados son una vergüenza en el oficio y una lacra para cualquier sociedad que se considere desarrollada. Gente hay de sobras con ansias de prestar sus huesos a la carnaza rosa, como para obligar al que no le interesa formar parte del circo. El juez se equivoca si decide que la vida de Telma Ortiz está abocada a un séquito de alcachofas y preguntas impertinentes que sacien la curiosidad boba de periodistas incultos, que no aportan nada más allá del grito, la descalificación y el daño gratuito. En el fondo la culpa es de las televisiones, de los beneficios fáciles que obtienen.
Es cierto todo lo que aquí se pone y mucho mas cierto que consumimos lo que nos dan, por eso muchas veces no entiendo las trabas que se le pone a la cultura en general y el poco incapié que se hace sobre el tema (impuestos y demás fauna). Muchas veces nosotros (los consumidores) no sabemos que existen otras cosas, otros terminos muchos autores, artistas y trabajadores en muchos otros ambitos. No me extiendo en esto mas que para hacer un apunte sobre el periodismo como trabajo. El trabajo de periodista está muy viciado y en manos que no saben reconducirlo, de ahí surjen entonces todos estos subproductos de periodismo y por lo tanto el desprestigio de estos profesionales que también se ven haciendo estos trabajos que por poco que les gusten les dan de comer. Por otro lado y a los que no defiendo ni defenderé núnca es a los personajes televisivos que se hacen llamar periodistas y lo único que buscan es un reconocimiento por sacar los trapos sucios de los demás y defenderse en que han empezado ellos como si estuviesemos en un patio de colegio, los cuales muchas veces carecen de la titulación para llamarse como tales.
Una opinión sin mas y apoyo para esos periodistas que cada vez se especializan mas y parece que sirven para menos.
Si se cree o se sospecha que Telma está recibiendo tratamiento de favor por ser la hermana “de” se tiene que investigar. Ahí es dónde hay tema de periodismo de investigación. Por qué no se dedican a buscar información sobre este tema y dárnosla al público de manera seria?. Qué pasa que no hay periodistas en este país capaces de hacer semejantes trabajos?, Es que acaso resulta más fácil poner a unos paparazzis a sacar fotos de Telma saliendo del super o de la pelu que a investigar? o será que el periodismo rosa, amarillo o color mierdilla es mucho más rentable?……los primeros responsables de todo este desaguisado……….LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN…por paletos e incompetentes.
Hola, Eduardo. Yo no fui al Aquinas, estuve en el Poveda. Cinco preciosos años de estudiante, mis mejores amigas todavía son las de allí, y me encanta saber de las personas de la “pequeña gran familia” de los colegios mayores. ¿Has visto qué de comentarios has tenido ya?
🙂
La simple existencia lleva asociados derechos y obligaciones.
El problema no lo tiene ella, lo tenemos la sociedad por no regular de alguna forma más seria los medios de comunicación.
El consejero que le preparo la demanda la metió en un lio que me recuerda las demandas por delito(penal) cuando solamente hay derechos civiles.
El marco politico de recuperación de libertades creo un entorno sin control en los medios de comunicación.
Se les podría dar un trabajo expecial a los medios y permitir entrar en juicios, en USA la television de juicios es de pago y tiene muy buenas audiencias.
Me acuerdo de los primeros años de televisiones de pago y los especiales buscando personas desaparecidas, llegaron movilizar pueblos enteros, como está pasando con la niña inglesa en Portugal.
Está claro que la familia más directa de Letizia Ortiz no ha sido preparada para este tsunami mediático que les ha caído, en ocasiones, como una maldición (el caso trágico de la frágil y aterrada Érika, que se sintió superada al ser el centro de atención y su insuperable miedo al no estar a la altura). Sin embargo entiendo que, a excepción de algunos rumores sensacionalistas y bastantes ridículos de los que determinada prensa se hacen eco, el tratamiento periodístico acerca de la vida y milagros de los allegados a la mujer de Felipe de Borbón ha sido extremadamente exquisito a veces, incluso, claramente hagiográfico, como por ejemplo esa maquiavélica manía de adornar o rellenar curriculos profesionales y ensalzar virtudes personales de la familia política del príncipe, al fin y al cabo, gentes sencillas y de cualidades más que medianas (por más que el insigne Urdaci escribiese perlas pelotilleras tan memorables como aquella que decía que harían falta al menos quince años para que surja, en España, una periodista como Letizia, de trayectoria profesional muy modesta, y puesta en el Telediario de máxima audiencia para ser presentada oficialmente a los españoles, como todos saben).
Ignoro hasta qué punto Telma Ortiz ejerce de hermanísima y si es beneficiaria de privilegios y prebendas por ser la cuñada del futuro rey: saberlo para mí es importante, ya que si Telma entra en contradicción con su derecho a la privacidad por un lado y sus tratos de favor por otro con los correspondientes privilegios, entonces lo siento de veras pero tendrá que soportar ciertas molestias derivadas de su mera condición de hermana real con evidente proyección pública (siempre dentro de unos límites éticos, por supuesto), pues la coherencia en esta vida será su mejor arma para que la respeten.
La censura previa no es una buena medida en países democráticos y tratándose de la Casa Real, yo preferiría siempre apuntar hacia lo más alto y encuentro muchísimo más grave el hecho de que, a fecha de hoy, la magnánima Constitución consagre en uno de sus Títulos la irresponsabilidad personal, la inviolabilidad y la impunidad total del Jefe del Estado, del que sería urgente hacer las oportunas investigaciones acerca de su nada clara persona, su responsabilidad penal en hechos claves de nuestra Transición , su opacidad fiscal, sus escapadas extraoficiales sin conocimiento gubernativo, su afición a la caza furtiva, o qué hay de cierto en los más de 500 millones que el ex CESID tuo que pagar para enfrentar el chantaje de una vedette despechada, o de dónde vienen esos 300.000 millones de las antiguas pesetas que según la revista “Eurobusiness” se cifra la cuantiosísima fortuna privada del campechano monarca, etc.
Me encantaría la madurez necesaria para que los medios de comunicación se decidieran a investigar y, en su caso, denunciar este tipo de anomalías democráticas, y no preocuparse tanto de alguien que de repente ha descubierto es víctima de miedos escénicos , en este último supuesto sí sería interesante como causa mayor el dictamen de un psicólogo y hablar mejor del derecho a la integridad psíquica de la afectada, más que del discutible derecho a priori a no tomar fotografías de un determinado personaje popular en lugares públicos.
Que conste que me parece repugnante el acoso y derribo a la manera sufrida por Isabel Pantoja, un No rotundo a esas cacerías humanas y a convertir al personaje en carne de paparazzi de día y noche (creo no es el caso de Telma) y encuentro absurdo que se persiga por las calles y se publiquen ñoñerías tales como si Telma tiene el pelo brillante, si sale en moto con su novio o si ha comprado pañales para su bebé; pero otra cosa es pretender exigir su desaparición de la escena mediática, blindar su persona a priori, ser personaje público cuando convenga, absurdo no aceptar y asimilar que ella ya no es una chica anónima: es la hermana de la futura reina, la cuñada del futuro rey, la tía de la futura reina, lo quiera o no ya forma parte de una Institución anacrónica cuya esencia es la permanente propaganda escénica de sus integrantes, y el interés hacia su persona es inevitable, por lo que yo le recomendaría paciencia, resignación y que sepa disfrutar de los privilegios de que gozan los encumbrados habitantes del territorio regio(saber los privilegios y la prebendas de todos ellos es algo que desde luego sí reviste interés para todos los españoles y debería ser objeto de investigación y publicación periodísticas), y si quiere que se decida a denunciar a personas concretas o a medios determinados cuando efectivamente, en su opinión, está siendo víctima de alguna injusticia.
Saludos.
Hola,
hay una serie de derechos (a la intimidad, a la libertad sexual, a la protección de datos personales) que tienen un fondo parecido: todas y cada una de las veces que alguien (nuevo o no) quiera tener una relación (foto, sexo, uso de mis datos) conmigo, necesitará que yo le dé mi consentimiento expreso.
Y todos esos derechos se atacan con los mismos argumentos: si lo hiciste con uno, tendrás que hacerlo con todos los que quieran; si lo hiciste una vez, tendrás que hacerlo todas las veces que quieran.
Así luego tenemos jueces que no entiendan que pueda haber violaciones dentro del matrimonio, o que juzguen una agresión sexual en función del pasado de la víctima. O anunciantes que sigan pasándose entre ellos listados de datos personales, o utilizando los datos personales de sus clientes para usos no compatibles sin consentimiento. O periodistas que crean que quien ha salido alguna vez en un medio para algo en concreto ya no merece respeto ni protección, y tiene que pasar a ser la puta del pueblo.
No hace falta ser famoso para ser una Telma. Muchos ya somos Telma en muchos otros asuntos, y su victoria será la nuestra.
Eso sí, que se deje de leches de censuras previas, que eso también me lo puedo tomar como un ataque.
Cordiales saludos,