El día de mañana y los palíndromos

El día de mañana fue mi primera lectura de ficción este verano.

Hace ya muchos años empecé a leer libros de Ignacio Martínez de Pisón, pero últimamente lo tenía un poco abandonado. En la Feria del Libro de este año estaba firmando libros cuando estalló una fuerte (y breve) tormenta. Nosotros estábamos justo en la caseta de al lado; cuando nos acercamos hacia la suya no había nadie. Compré, y me firmó, su última novela: El día de mañana. Es una novela ambientada en los años de la transición española, pero sobre todo es la novela de los ambientes marginales de Barcelona en un momento en el que la extrema derecha y los que apoyaban los cambios se enfrentaban constantemente.

Justo, el personaje principal se acaba convirtiendo en un soplón de la policía, mal visto por los dos bandos.

Se trata de una novela interesante y fácil de leer.

Un asunto que me ha llamado la atención es el peso que en un determinado momento de la novela toman los palíndromos, las frases que se leen (igual que los números capicúas) igual desde delante que desde atrás.

Siempre me han parecido curiosos los palíndromos. Recuerdo, otro verano hace ya muchos años, un relato de Julio Cortázar también cuajado de palíndromos.

Aquí, en El día de mañana, hasta uno de los personajes, Noel León, tiene nombre palíndromo. Su familia se dedica a ir a congresos sobre este tipo de frases curiosas, celebrados siempre en localidades con nombre palíndromo (Polop, Sas, Unanu, Añá…).

Seguramente el palíndromo más acertado es el que se supone funciona como slogan de los congresos: Sé verla al revés.

Otros palíndromos que me han llamado la atención en este libro:

Amo la pacífica paloma.

Adán no cede con Eva y Yavé no cede con nada.

Oígole ese elogio.

Un clásico: Salta Lenin el Atlas.

Uno que parece muy actual: Son robos, no sólo son sobornos.

Otro que anuncia lo que ahora parece un final próximo: Oído ETA, ya te odio.

Uno generoso y romántico: Yo dono rosas, oro no doy.

Y dos que parecen escritos para esos días:

La moral, claro, mal.

Yo social y laico soy.

El día de mañana es una novela entretenida e interesante, que me gustó leer.

6 comentarios en «El día de mañana y los palíndromos»

  1. Éste sí que es un clásico: Dábale arroz a la zorra el abad.

    Algunos suyos son muy buenos y los desconocía. Otro pueblo palíndromo de la geografía española: Senés (Almería)

    Responder
  2. Una vez hice un palindromo muy chapucero y es que en mi Toyota quise poner un adhesivo detrás con la marca del coche y y cambie la última A porque si no me salia ATOYOT . Bueno ya se que no es un palindromo pero que le vamos a hacer si no doy para más.

    Clica sobre mi nombre

    Responder
  3. El tema de hoy me ha despertado cierta curiosidad. ¿A esta ciencia como se le llama ? ¿Tal vez palindromofilia? ¿Quizás, palindromofalia? ¿Y a los aficionados ¿Palindromagogos? ¿Tal vez palindremostaticos?¿ O palindrofovos? Asunto curioso, muy curioso, si señor.

    Clica si antes no lo hiciste sobre mi nombre

    Responder
  4. Asó ranas Ana Rosa.
    La moda, ese deseado mal.
    Resalada caca da la ser
    Epoca laica hacia la cope
    ¿A caca? Sí, Eloísa, así oleis. A caca.
    Nuria, avíseme si va a Irún.
    Allí da la mamada Mamá Ladilla…
    XD

    Responder

Deja un comentario