Septiembre fue un mes mixto. Lo empezamos en la casa de La Ribera, pero pasamos más de la segunda mitad en Madrid, con unas cuantas consultas médicas. Últimamente es nuestro sino.
La primera lectura que terminé fue Un hotel en la Costa Brava, de Nancy Johnstone. Creo que fue una recomendación de Mercedes Fernández, unos cuantos meses antes. Una buena recomendación.
No se trata de una novela, sino de una crónica apasionante y apasionada de una peripecia personal: Una pareja de ingleses, la autora y su marido, montan en 1934 un hotel en Tossa de Mar, un remanso de paz y de cultura. Quieren que sea un refugio para periodistas (los dos lo son) artistas e intelectuales. El éxito llega enseguida y el hotel siempre está lleno de personajes interesantes.
A los pocos días de instalarse, Companys declara la república catalana. Cuando, dos años después, estalla la Guerra Civil el hotel se convierte en refugio de niños.
En realidad son dos libros: Hotel in Spain, sobre los años más o menos plácidos del periodo previo a la guerra y Hotel in flight, sobre la transformación del hotel en refugio para niños.
Un libro curioso, trepidante y muy interesante. Me gustó mucho.
Mi siguiente lectura fue un libro que me regalaron mis hermanas: Empezamos por el final, de Chris Whitaker.
El autor es inglés, pero la trama se desarrolla en California y otros estados del Oeste de Estados Unidos.
A partir de un caso policial (un preso vuelve al pueblo tras treinta años en la cárcel por un crimen que cometió siendo adolescente) se desarrolla una trama con más elementos humanos que policiales: una adolescente de 13 años que dice ser forajida, un jefe de policía que es el mejor amigo del preso que vuelve, pero está muy descolocado porque fue el testigo que le llevó a la cárcel…
Un caso policial en el que todo va cambiando en cada paso.Te hace plantearte qué es el bien y qué el mal en situaciones límite.
No sé si no me concentré suficientemente en la lectura, pero me resultó algo confusa.
Ya en Madrid leí El nudo Windsor, de S.J. Bennett. ¿Te imaginas a la reina Isabel de Inglaterra resolviendo un crimen? Eso da lugar a una de las novelas más divertidas que he leído en los últimos tiempos.
En una fiesta previa a la del noventa cumpleaños de la Reina Isabel II, un músico aparece muerto en el palacio de Windsor. La Reina, con la ayuda de su secretaria adjunta, investiga el caso. Interesante, sorprendente y, sobre todo, muy divertida.
Lo pasé muy bien leyéndola. La recomiendo para pasar un rato divertido.
Terminé el mes con La primera mano que sostuvo la mía, de Maggie O’Farrell, una de las autoras que más leo en los últimos años. Me gustó, pero menos que sus otras obras. Se trata de dos historias separadas en el tiempo, que tardan mucho en tener algo en común; sólo se aproximan al final, que no me pareció muy redondo. Eso sí: escrito con la habitual maestría de la autora y manteniendo el interés a lo largo de toda la obra.
Pero, si no han leído nada de la autora, mejor empiecen por otra de sus obras.