TVE sin publicidad

La medida se hizo oficial en el Consejo de Ministros del viernes, pero se había avanzado a comienzos de semana.

Han sido días duros, de mucho trabajo para valorar las consecuencias.

Estoy seguro de que este tipo de medidas se toman después de un análisis meditado, pero a veces da la sensación de que muchos de los posibles efectos no se tienen en cuenta.

¿Alguien ha pensado en los intereses de los anunciantes, que al fin y al cabo son los que mantienen el tinglado de los medios?

La publicidad es ahora más importante que nunca, para salir de la crisis, pero se margina a quienes tienen que invertir.

¿Alguien ha pensado en el equipo comercial de TVE? Un importante grupo de buenos profesionales se quedarán sin trabajo en un momento y en un mercado en que no es fácil encontrar otro.

Parece que el razonamiento es: suprimimos la publicidad en TVE y los 500 millones de euros que se liberan van a sanear la economía de las cadenas privadas.

Pero ¿alguien ha pensado que para ello los anunciantes han de aceptar subidas de precios del orden del 30%?

En unas cadenas muy saturadas, no hay sitio para más publicidad; para aumentar los ingresos han de aumentar los precios.

¿Alguien ha pensado que los anunciantes aceptarán sin rechistar aumentos de precios de ese calibre?

Para la financiación se ha copiado el modelo francés. Pero en Francia la televisión pública no era la líder de audiencia. Hace ya más de veinte años. Y además el dinero de las públicas no ha ido, sin más, a las privadas.

¿Alguien ha pensado en cómo afectará a las campañas regionales? Los multiplex de TDT de las cadenas privadas no tienen capacidad de desconexión ¿todas las campañas habrá que hacerlas en las cadenas autonómicas?

¿Alguien ha pensado en las campañas dirigidas a amas de casa? ¿o en las que deseen alcanzar al, cada vez más atractivo comercialmente, target senior?

¿Alguien ha pensado en las campañas de respuesta directa, especialmente afines a TVE?

¿Alguien ha pensado en los compromisos comerciales de las agencias de medios con las cadenas, con los anunciantes…?

¿Alguien ha pensado?

0 comentarios en «TVE sin publicidad»

  1. Lo importante no es la cantidad.

    Lo importante es la calidad.

    Y aunque sea muy chiquitilla la churrilla del moreno,

    ¡hay que ver cómo está el tío de bueno!

    (er zeviya dixit)

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  2. El Gobierno ha anunciado la “desaparición” de la publicidad en TVE que, lógicamente, ha provocado el rechazo mayoritario de organizaciones empresariales (Anunciantes, Agencias de Publicidad, Productoras Audiovisuales, Telefonía…etc.). Esta amenaza puede tener importantes consecuencias en la economía y aumento del paro.

    Son muchas las empresas que utilizan TVE para publicitar sus productos, comunicar sus características e invitar a los espectadores a que los consuman. Las principales empresas de España no van a poder realizar sus inversiones publicitarias en TVE, aunque podrán contratar sus anuncios en el resto de cadenas. El nuevo oligopolio que se puede crear producirá una subida del precio por impacto, reducción de coberturas y disminución de la calidad de las campañas. Las empresas, van a tener que repercutir este aumento del coste publicitario en los precios, y asumir una importante disminución en sus ventas. Y menos ventas significan “pérdida de trabajo”.

    En las Comunidades Autónomas, las consecuencias negativas de esta medida se acentúan. El millar de empresas que utilizaron el año pasado las desconexiones territoriales de TVE (en su gran mayoría PYMES) se van a encontrar con un grave problema. Con la implantación de la TDT, sólo se va a poder emitir publicidad regional en TVE, Autonómicas y TV locales. Si desaparece la publicidad en TVE, los únicos soportes publicitarios televisivos que quedan son las Autonómicas y la TV local. Eso, por supuesto, en las Comunidades que disponen de TV Autonómica porque en algunas no tienen ni esta posibilidad. Además, puede que en algunas cadenas autonómicas desaparezca también la publicidad. Pero las Televisiones locales y Autonómicas por si solas no son soporte suficiente por su limitada audiencia y baja cobertura. Los anunciantes y agencias se van a quedar huérfanos en la planificación publicitaria. Además, puede suponer una competencia desleal involuntaria de las empresas nacionales (sus anuncios televisivos se seguirán viendo en todas las Comunidades Autónomas) respecto a las regionales. A partir de ahora, muchos ciudadanos no van a poder concienciarse con las campañas televisivas que, por ejemplo, realizaba los Gobiernos Autonómicos sobre Asuntos Sociales, Antidrogas o Seguridad Vial, ya que la cobertura va a ser irremediablemente menor.

    En este posible nuevo escenario la publicidad televisiva va a perder eficacia y el único beneficiario va a ser UTECA (la asociación de TV privadas) que esperan la aprobación de esta medida deseosos de aumentar su ración de la “tarta publicitaria”.

    José María Berruete Cilveti

    Jefe Comercial Zona Norte de TVE

    Tfno. 630.988.671

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  3. Vamos, que según el autor la televisión PÚBLICA está para poner publicidad y así debe seguir, al servicio de los anunciantes y no de los ciudadanos.

    Y de remate, los millones de ciudadanos del país debemos seguir hasta el …. gorro de anuncios ¡para siempre! con el único propósito de proteger el empleo de 200 o 500 o 1000 profesionales.

    ES realmente flipante, pero el autor parte de la idea de que al considerar esta reforma NO se debería haber pensado en los intereses de los ciudadanos, sino en los de las empresas de publicidad.

    Im-presionante, de verdad…

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  4. Yo creo que cualquier decisión tiene sus pros y sus contras… Imposible repartir de la tarta de la publicidad con semejante facilidad, como si de una regla de 3 se tratara, “eliminamos publi de TVE1, aumentamos ingresos de publi en A3”. No obstante, a medio plazo, supongo que el mercado, como siempre, se terminará reajustando, y los ciudadanos saldremos ganando. Por lo menos tendremos una televisión pública con un poco más de sentido. Sentido del que carece ahora mismo y desde hace siglos.

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  5. ¿alguien ha pensado que las cadenas privadas perderan muchisima audiencia porque en la TVE no habran cortes publicitarios y los anunciantes no querran hacer publicida que nadie va a ver?

    ¿No han pensado que seria mejor que la TVE se privatizara y que se defiendan en igualdad de condiciones que las demás? ¿No han pensado que siendo privada los españoles nos ahorrariamos un despilfarro escandaloso ? ¿ No han pensado en la politica ? ¿No han pensado en el enchufismo ? ¿No han pensado enn..¡Vale me callo! pero….

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  6. Me parece el peor momento el elegido para tomar dicha medida. En plena crisis, o pleno comienzo de la crisis, nunca se sabe, no se pueden adoptar tales medidas que suponen un mayor coste para las arcas públicas, para todos los bolsillos. Otra mala medida del Gobierno, que nos acabará por convertir en un país de “propineros”, acostumbrados a vivir de las ayudas y las subvenciones, la única forma en la que solucionan todo. Desconozco quién ha sido el “iluminati” que ha propuesto y sacado adelante tal plan, pero desde luego eso sólo puede ser válido en momentos de economías saneadas, limpias y con perspectivas de altos crecimientos, con mercados no saturados, etc, etc. Justo todo lo contrario de lo que sucede en este momento. Nos están hipotecando cada vez más, y lo dice alguien que este mismo blog ha criticado algunos tipos de publicidad, pero es que esta gente hace las cosas con el trasero, total, luego con echarle la culpa al anterior presidente queda todo justificado. Una pena, una barbaridad y un despropósito tras otro.

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  7. Qué razon tiene el autor en todo, ¿alguien de verdad piensa que al final la TVE se paga sola, como por ensalmo? Al fin y al cabo una publicidad , eso si que no sature, ayuda a pagarla y al tiempo se incrementa el consumo que buena falta nos hace. Medida desproporcionada: ya hoy día no se hace todo o nada-, mala en el tiempo y en su oportunidad

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  8. TVE,… de momento sin publicidad.

    En la película «Sospechosos habituales», Kevin Spacey le hace decir a Keyser Sozé: “La mejor jugada del diablo fue convencer al mundo de que no existía”.

    Adelantarse a la jugada como el autómata se adelanta al humano. La televisión pública, en una estrategia “Napoleónica”, comienza el año con el sueño más deseado del espectador más pasmado y desorientado. Un mundo televisivo sin cortes publicitarios ni tiempo para ir a evacuar lo que del cuerpo sobra. Pero ahora, puede ser, que cuando estamos viendo otra cadena, inconscientemente, el dedo actuante y ejecutor del mando a distancia pulse el botón de la “primera”, porque “cree”, que no hay anuncios ni reclamos del tormento que provoca interrumpir el momento más álgido de una película, para mostrarnos un champú retavilizador para cabellos grasos o cabellos o secos, o para cabello sucios…, o un fregasuelos de brillo insuperable que ni mármol de Carrara. Pero el mal puede ser ciego. Porque…, ¿puede ser una treta y engaño de la publicidad subliminal disfrazada? Esto es; la que no entra por la retina, sino por los recuerdos de sus “archivos” y reportajes de añoranza que suelen poner en TVE, donde pueden soltar un anuncio del Cola Cao, o de una nevera de hace treinta años, o de un perfume con esencias de “aromas del Caribe”, que todavía deja huella. Porque algunas de esas marcas, todavía existen. Actuando como un almacén de los recuerdos, que se activa por condicionamiento, dibujando un esbozo que invoca a una regresión de aquello que parecía estar olvidado. Pero que durante años, ha estado guardado en nuestro cerebro, como un duendecillo con melodía de campañillas que se acciona con un melancólico recuerdo de: “Un verano azul”. Pongamos por caso.

    Ahora, al contribuyente, parece que le tocará asumir casi todo su presupuesto de los impuestos para llenar el vacio que deja el seguro ingreso del reclamo donde la publicidad ya no llegará, y donde el ingenio suple al recaudador impuesto. La batalla por la audiencia abre otra vía para la carrera del “Prime Time”, de inteligencia estudiada y financiada por el mismo televidente. A la sombra del favor de la libertad ha de llorar el termómetro que mide la velocidad con la que vivimos, donde todos quisieran ser los últimos en adaptarse a las nuevas tecnologías, que empujan y apremian con descodificadores instalados a última hora, omnipotentes como monolitos encima de algunos antiguos aparatos, de simbología para alimentar la “bestia”, que es para el fin que fue creado. Y adaptarse al televisor, donde los dos aparatos, quedarán amigos para siempre.

    ¿Echaremos de menos la publicidad como la espuma en el agua o como el humo en el fuego? Todo se verá. Porque presas somos del consumismo, del marketing agresivo y del compre hoy y pague mañana. A la muerte del reclamo y la propaganda que tantos años ha formado parte de nuestra cultura, le puede seguir la indiferencia, e incluso la melancolía, de una España pintoresca y acostumbrada a que le vendan desde una lavadora que centrifuga casi a velocidad luz, hasta un apartamento muy lejos de su hogar, convirtiéndose en habitante de fin de semana de colmenas de cemento.

    La televisión siempre ha sido una mirada en un opaco ventanal donde asomarse. Y ahora, despojado ya, del entrecortador clásico anuncio que tanto disgustaba a algunos. Aprovechemos ahora la sabia de las otras cadenas que darán rienda suelta a su gula. Porque, con esta reforma, las privadas se beneficiarán de la publicidad suprimida en TVE, quedando todavía muchos anuncios por disfrutar y deleitar. Y, al final, en un futuro no muy lejano, puede que tengamos hasta un canal temático de Tele Tienda. De pago, se entiende. Claro.

    Esperemos que los encargados de manejar los engranajes diseñados con la idea de tapar el embuste sepan lo que hacen, «Funcionará, porque el espectador quiere creer», Y que al final, todo esto no sea en vano ni maquillaje para tapar fusiones entre cadenas, y acabemos todos dependiendo de un corporativismo o institución de mando único. El futuro, siempre incierto es. “La mejor jugada del diablo fue convencer al mundo de que no existía”.

    Sergio Farras

    (escritor tremendista)

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