Mis lecturas de marzo de 2024

En marzo terminé cuatro libros. Los cuatro eran novelas, pero de temas y enfoques muy diferentes.

 Comencé con MANIAC, del chileno Benjamin Labatut, una novela basada en hechos reales. La historia y la ciencia recientes cobran un importante papel.

MANIAC, de Benjamin Labatut. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

MANIAC es el nombre (las siglas) de la computadora con la que se hicieron los cálculos para desarrollar la primera bomba de hidrógeno. John Von Neuman, el padre de la teoría de juegos, entre otros muchos adelantos matemáticos, es su principal desarrollador. Su compleja personalidad se va desarrollando ante nuestros ojos desde el punto de vista de varias de las personas (familiares o colaboradores) que se relacionaron con él.

Von Neuman es también el principal inspirador de la doctrina de la destrucción mutua asegurada, que llevó a los Estados Unidos y la Unión Soviética a la peligrosísima carrera del rearme nuclear.

El siguiente paso por el que nos adentra Labatut será Alpha Go y la inteligencia artificial ahora tan actual. Cuando las máquinas ganaron al ajedrez a Kasparov, el mejor jugador del mundo, el siguiente reto fue tratar de derrotar a los mejores especialista en go, el juego japonés de una complejidad mucho mayor. El desarrollo del torneo en el que se enfrentan y cómo afectan a la personalidad del campeón humano constituyen la segunda parte de la novela.

Un libro muy interesante y con muchos elementos para la reflexión en estos tiempos en los que vivimos las consecuencias cercanas de aquellos avances.

El ladrón de rostros, de Ibon Martín. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Mi siguiente lectura ya fue de un tema más ligero: El ladrón de rostros es una novela negra del vasco Ibon Martín, un ejemplo más de la abundante cosecha de novela negra que se está produciendo en los últimos años en aquellas tierras.

En este caso vivimos una serie de crímenes rituales ambientados en la Sierra de Aizkorri y los parajes de Oñati, el Santuario de Aratzazu y los pueblos de Álava del otro lado de la sierra.

Las restricciones de la segunda parte de la pandemia juegan su propio papel en una historia vivida en las praderas verdes de la zona, entre pastores con ovejas y quesos ahumados como telón de fondo.

Una novela muy entretenida, que se lee sin dificultad.

¡Carlota! ¡Carlota! La historia, su historia, de Maite Rodríguez. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

¡Carlota! ¡Carlota! La historia, su historia, la segunda novela de mi amiga y colega Maite Rodríguez.

¡Carlota!…, además de una entrañable novela familiar, es muchas otras cosas: un retrato del Madrid de la primera mitad del siglo XX, un paseo por la historia de España de esa época, incluida la guerra civil y sus consecuencias o los avatares de algunas de las figuras más relevantes de esa época

A partir de la vida de los abuelos de la autora, que abarca buena parte del siglo XX, y se inicia en varios pueblos de Murcia, pero pronto se traslada a Madrid, vamos conociendo el ambiente del Madrid de los años 20 y 30, los conflictos políticos y sociales que acaban abocando en la guerra, la evolución de esa sociedad, el contraste entre los barrios pobres y ricos de la capital…Y de paso conocemos a algunas de las figuras de la época en diversos campos: la literatura, la política, la música, la publicidad (una actividad en la que luego la autora, como yo, desarrolló una buena parte de su carrera).

Una novela muy interesante y entretenida.

Baumgartner, de Paul Auster. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Mi última novela del mes fue Baumgartner, de Paul Auster, que falleció pocas semanas después. Una novela sobre la decadencia y la vejez, de un autor que permaneció lúcido y brillante hasta sus últimos días.

La vejez en toda su crudeza, a través de sus diversas caras, con sus luces y sus sombras. Un libro interesante y triste, con muchos rasgos de humor y, contraste, melancolía.

Seguramente no es el mejor libro de Auster, pero es un buen libro, muy interesante.

En muchos aspectos me he visto reflejado. Supongo que, a mi edad, es bastante normal.

 

 

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