¿Tiene futuro la Investigación Social? (y III)

La tecnología no deja de aportarnos nuevas soluciones y posibilidades. Hace unos días contesté a una encuesta telefónica sin tener en ningún momento un contacto humano. Todo el tiempo estuve pensando: yo esto no lo habría preguntado así o esto no tiene sentido pero supongo que son prejuicios y probablemente habría pensado algo similar en una encuesta personal. No lo sé. Por otra parte, las voces de los robots ¡ya son tan humanas!

Los 50 años de AEDEMO en la contraportada de la revista.

Si seguimos dando pasos en la robotización de todo me imagino a un robot entrevistando a nuestro robot comprador y a otro diseñando la campaña de publicidad con la que convencerá a éste para que compre los productos que necesitamos, aunque ni nosotros mismos lo sepamos.

Las novedades tecnológicas nos llegan cada día; algunas nos cambian la vida como ciudadanos; otras son irrelevantes. Como investigadores nos equivocaremos si no somos capaces de aprovechar todas las ventajas que nos aporta la tecnología, pero seguramente nos equivocaremos aún más si nos dejamos cegar por una tecnología que no debe sustituir al buen sentido y a la capacidad de análisis e intuición de un buen profesional. Nos equivocaremos nosotros o se equivocará la sociedad si elige ese camino.

Nos equivocaremos también si nos dejamos cegar por las nuevas posibilidades que nos aporta la tecnología y las dedicamos a la tergiversación y la manipulación. Cuando uno lee las maniobras realizadas por la empresa de investigación Cambridge Analytica para favorecer el Brexit primero y la victoria de Trump después a partir de informaciones extraídas de las Redes Sociales, lo primero que piensa es: ese no es el tipo de investigación del que hablamos en AEDEMO. Lo siguiente es que entren unas serias dudas. ¿Investigaremos para manipular? Cada vez es más fácil.

Creo que la tecnología nos puede ayudar, nos está ayudando, mucho, a investigar mejor y más rápido; también nos puede perjudicar, nos perjudica, si con la disculpa de que se puede hacer más rápido no le dedicamos el tiempo, los medios o el dinero suficientes.

Me imagino al investigador del futuro como una persona, o mejor un equipo, con una gran capacidad de observación y de análisis para extraer de la maraña infinita de datos de la que dispondrá, informaciones útiles que le permitan mejorar la realidad de la parcela del mundo en la que le haya tocado trabajar.

Si cada uno mejora su parcela, el mundo será mejor. La investigación, también la sociológica y la comercial, deben contribuir a ello.

 

(*) Este artículo es la tercera y última parte del publicado en el número de la revista I&Mk que conmemora los 50 años de AEDEMO.

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