Lecciones sobre IA que aprendí en La @

La @ (antes de AEDEMO, ahora de I+a) es la jornada sobre digital que reúne desde hace casi diez años a profesionales de la investigación, la analítica y la publicidad.

Comité organizador de La @ (FOTO: I+a)

Tengo la suerte de formar parte del comité organizador desde su primera edición. En realidad el comité no ha variado; siempre aprendo mucho con Virginia, Fernando y Jaime. Y aún mucho más de los ponentes que seleccionamos entre todos y vienen a contarnos sus proyectos y sus ideas.

Este año casi toda la jornada se dedicó a la IA (la Inteligencia Artificial, ahora tan de moda). Y volví a aprender (o a veces a recordar) muchas cosas interesantes.

Una lección importante nos la dio Alejandro Campoy, de Microsoft, ya en la mesa redonda final: la IA son ceros y unos (siguen siendo ceros y unos, como todo lo digital). A veces se nos olvida.

Pero son una cantidad casi inabarcable de ceros y unos, como pusieron de manifiesto Daniel, de Cuende Infometrics y Gustavo Núñez y Giancarlo Giansante, de Adjiin. Simplemente procesar la imagen de una manzana de casas de una ciudad y el tráfico durante unos minutos ya supone una gran cantidad de datos. Elevar eso a todas las manzanas de todas las ciudades, durante todo el día lleva a cantidades de información impensables (y desde luego inmanejables) hace muy pocos años. Cuende lo hace. Identificar toda la publicidad que circula por Internet también supone un esfuerzo enorme de tratamiento de datos. Un proceso de comparación que aprende constante y automáticamente hace posible ese trabajo en Adjiin.

La IA consigue hacer tareas que serían inasumibles por un ser humano (o por un equipo), como la comparación de grandes cantidades de información, su resumen y la extracción de conclusiones. Pero las mejores soluciones se consiguen de la cooperación entre la inteligencia humana y la artificial. En esa idea se basaron varias de las ponencias: la de Jame Ferrand, de Ipsos, la de Juan Graña, de Neurologyca o la de Josu Rodrigo, de We are testers, todas con orientaciones diferentes, pero manejando esa misma idea. Ferrand puso de manifiesto una idea básica en esa línea: “la IA no te va a quitar el trabajo, un humano que la domine, puede que lo haga”.

Lola Fontán y Óscar Flor, de Publiespaña, ganadores del premio a la mejor ponencia. (FOTO: E.Madinaveitia)

Los humanos nos empeñamos en crearnos a nosotros mismos”, fue una idea que sobrevoló la jornada. De forma explícita en las ponencias de Ángel Nuez, de Bilendi y en la de Gema Merino, de Hight speed solutions. Nuez nos presentó a Bari, la asistente virtual creada por su empresa, que ayuda tanto en investigación cualitativa como cuantitativa, acelerando los procesos.

Esa, la ganancia de tiempo, que podremos utilizar en otras actividades, también fue una idea repetida, muy explícita en la ponencia de Rodrigo.

Mientras Europa se pone a la cabeza en legislar sobre el tema, China ha cogido una gran ventaja en el desarrollo de nuevos sistemas y productos.

El análisis de la imagen de marca es un trabajo en el que la IA puede ayudar en gran manera. Así lo demostraron Paula Irigaray, de Capture Intelligence con su estudio de social listening para Microsoft, y Benet Pujol, de Seat, junto con Víctor Gil, de Science4Insights, analizando el mercado turístico y las marcas/país.

Pero la IA no lo es todo. Macarena Estévez, de Círculo de Ingenio Analítico, presentó su sistema para distribuir presupuestos de medios, creado con su propia inteligencia que, como sabemos quienes le conocemos, es genial.

Los videojuegos en la nube se dibujan como el nuevo vehículo para la publicidad digital. Lo contaron Nacho de la Iglesia, de Fluzo y Oriol Barras, de Netquest.

Óscar Flor y Lola Fontán, de Publiespaña, presentaron una aplicación de la IA a la publicidad en Televisión Conectada: la adaptación en tiempo real de la publicidad contextual al contenido que se está emitiendo en ese momento. Esta ponencia fue la más votada por los asistentes y consiguió el premio de la jornada.

Componentes de la mesa redonda. (FOTO: E.Madinaveitia).

En la mesa redonda sobre “¿Inteligencia humana y ética artificial?” que cerró la jornada pudimos escuchar interesantes reflexiones de Fernando Polo, de Good Rebels y Guillermo Peña, de Gelt, junto a los ya citados Juan Graña y Alejandro Campoy. Tenemos un problema de velocidad: la IA va mucho más rápido que la legislación y los “malos” también la utilizan. Dentro de poco la IA estará tan integrada que ya no se hablará de ella. También aquí está apareciendo una brecha: el grado de desarrollo del país o el idioma utilizado condicionan los resultados que se obtienen. Incluso se produjo una interesante reflexión, por parte de Julián Sánchez y Fernando Polo sobe la idea de Robert Sapolsky de la inexistencia del libre albedrío.

Me queda mucho por aprender. Seguro que La @ del año que viene también será muy interesante.

(*) Escribí este artículo para el número de julio de la revista IPMark. Mi idea de hacer un análisis más amplio y detallado de La @ naufragó entre consultas médicas y expectativas de vacaciones (las largas vacaciones del jubilado).

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