Mis lecturas de abril de 2021

En abril seguí leyendo a buen ritmo. Además terminé un par de libros de no ficción empezados en meses anteriores, que había ido leyendo poco a poco.

En total fueron cinco nuevos libros que añadí a mi cuenta de lecturas; tres de ficción y dos no. Empiezo por estas últimas.

La Radio. El acompañante silenciado, de Gorka Zumeta. (FOTO de la portada: E. Madinaveitia)

Leí La Radio: el acompañante silenciado, de mi amigo Gorka Zumeta a lo largo de varias semanas a partir de su publicación a mediados de febrero, coincidiendo con el Día Mundial de la Radio.

El libro resume diez años del blog que el autor dedica al medio, incluye múltiples entrevistas a los protagonistas del audio, analiza el anquilosamiento de la radio, los problemas que se han vivido en nuestro país con el DAB y la digitalización, los podcast como futuro añadido e incluso contiene una pequeña aportación mía, en la que analicé el envejecimiento del oyente del medio.

Como ya le dediqué una entrada completa, que se puede leer aquí, no profundizaré mucho más en esta reseña.

Faros del mundo, de Anna Maria Lilla Mariotti (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

También dediqué varias semanas a leer, y sobre todo disfrutar contemplando las imágenes de, Faros del mundo, de Anna Maria Lilla Mariotti. Encontré este libro de casualidad, buscando otro del que ya hablaré en su día. Como soy más dado a leer que a mirar imágenes, me resistí a comprarlo, pero Maxi insistió. Fue una buena decisón.

El libro es una maravilla para la vista, un completo disfrute, con fotos espectaculares de 37 faros de numerosos países alrededor del mundo, apoyadas con textos sobre su historia y construcción.

Mi trayectoria como Vigía, de la realidad y de los medios, me ha llevado a una cierta fijación con los faros, que siempre veo como puntos avanzados de vigilancia, además de su función específica como guías y ayuda para la navegación.

Un libro sobre todo para ver, pero no sólo.

En la cama con el hombre inapropiado, de José María Guelbenzu. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

En la cama con el hombre inapropiado, de José María Guelbenzu, fue la primera novela que terminé ese mes. Había leído a Guelbenzu hace ya muchos años, cuando tanto él como yo éramos mucho más jóvenes y él era una figura en el panorama literario que algunos comparaban con Marsé, Mendoza o García Hortelano.

Esta novela es una parodia sobre el Madrid de los primeros años de la transición a donde llega una mujer de provincias tras su separación. Acaba siendo una sátira bastante intrascendente, aunque muy entretenida, de los cambios de la sociedad, y en especial de las mujeres, durante aquellos años tan movidos. Los amoríos de esa cuarentona de buen ver  se mezclan con el ambiente literario y político de la capital.

Nuestros inesperados hermanos, de Amin Maalouf. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Nuestros inesperados hermanos, de Amin Maalouf, es un libro reciente, escrito durante la pandemia y muy influenciado por su desarrollo y por cómo nos hemos comportado las personas, los países y sus dirigentes durante esta época convulsa.

Aproximadamente un año antes, durante el primer confinamiento, leí El naufragio de las civilizaciones, en este caso un ensayo, del mismo autor. Ya se veía allí un cierto pesimismo sobre la evolución de la humanidad, donde lo que triunfa no es lo más solidario ni lo mejor para todos.

La novela reciente se trata de una distopía: unos seres desconocidos intervienen en todo el mundo para tratar de introducir mejoras en la vida de las gentes. Los resultados acaban siendo decepcionantes.

¿La solución a los males de nuestras civilizaciones es una ayuda externa? ¿La admitiríamos si llegara? Un ejercicio interesante y curioso. Nada comparable, ni en el tono ni en el nivel, con el ensayo del año pasado, que me gustó mucho, pero en cualquier caso, con otro formato, ideas profundas sobre las que reflexionar.

Tomás Nevinso, de Javier Marías. (FOTO de la portada E.Madinaveitia)

Ya casi a finales de mes terminé Tomás Nevinson, de Javier Marías. Es la continuación de Berta Isla, aunque se pueden leer, en cierto modo, por separado. Se trata de una novela de espías, que de alguna manera podría recordar al mejor Lecarré. Pero es mucho más que eso: sobre todo es una reflexión sobre las consecuencias de lo que se pudo hacer y no se hizo, aunque eso sea un asesinato. Con el terrorismo, de ETA y del IRA, de fondo; con unos servicios secretos españoles al servicio de sus homólogos británicos. O no: también puede ser que alguien, a título particular, ayude a un colega del otro país. La relación del protagonista con tres mujeres entre las que debe descubrir a una posible antigua terrorista, en una ciudad, sin nombre, del noroeste de España, que trae muchos recuerdos de León, y la no menos interesante relación con Berta Isla, que sigue siendo su mujer, de algún extraño modo.

Un buen ejemplo del Marías más reciente: reflexivo, cargado de dudas existenciales, entre británico y español sin decidirse por los defectos de cada uno de sus dos países.

Una novela muy interesante, que me mereció la pena leer.

2 comentarios en «Mis lecturas de abril de 2021»

  1. Querido Eduardo:
    Marías y Guelbenzu tienen en común algo bastante fastidioso, que es que se ven obligados a que le guste el jazz, y hacerlo notar en cuanto pueden. Es parecido a lo que les pasaba a otros más o menos de su generación, que pegara o no -más bien no- te interrumpían la acción para hacer una reflexión gastronómica. Y de gastronomía sabían tanto como los otros de jazz: más bien poco.
    El libro de los hermanos inesperados resulta al principio intrigante; luego entretenido, aunque se adivina el final -o los varios finales- enseguida; y siempre paranoico, pero eso le pasa a todos los que escriben.
    Aparte de todo, enhorabuena. Sigue leyendo, y comentando.
    Un abrazo de tu amigo y cofrade,
    -José Ramón Rubio

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    • Muchas gracias por tu comentario, José Ramón. Me hace mucha ilusión cuando llega alguno; empieza a sewr una cosa rara. Mucha más ilusión aún cuando es de un amigo como tú, con un conocimiento tan amplio de casi todo. Es difícil que cualquier escritor que hable de jazz te pueda contentar lo más mínimo a ti que lo sabes todo del tema. Muy de acuerdo con tus comentarios sobre el libro de Maalouf: tras el principio intrigante se acaba quedando muy corto.

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