Mis lecturas de julio de 2022

Julio debería se un mes de vacaciones plenas para un jubilado como yo. Pero lo malo de ser jubilado es que, casi siempre, uno es lo suficientemente mayor para tener unas cuantas goteras que requieren revisiones médicas. Ese fue mi caso ese mes de este año.

Así que fue un mes un tanto extraño, a caballo entre Madrid (unos dos tercios) y La Ribera (el resto del tiempo).

Aun así tuve tiempo de leer unos cuantos libros, variados e interesantes.

El primer libro que terminé fue Los días perfectos, de Jacobo Bergareche, una novela corta que leí en un fin de semana. Se trata de una pequeña gran novela: A raíz de unas cartas de William Faulkner a su amante Meta, que encuentra durante un viaje profesional a Austin, Texas, el protagonista escribe dos cartas (una a su amante de siete días, otra a su esposa) en busca de esos días perfectos que pocas veces se viven.

Portada de Los días Perfectos, de Jacobo Bergareche. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

Un libro entrañable, con algunos dibujos que proceden de las cartas de Faulkner y otros que añade el propio protagonista.

La búsqueda, o el recuerdo, de esos pocos días perfectos que nos ofrece la vida a lo largo de los años centra todo el libro. ¿Qué es lo que los hizo perfectos? ¿Se pueden planificar días con ese resultado?

Bergareche es un apellido muy ligado a los directivos del grupo Vocento, aunque ignoro si el autor tiene alguna relación.

Como anécdota: el libro hace referencia a varias canciones. No todas las conocía. Las fui buscando y escuchando en YouTube, algo que habría sido muy complicado hace tan solo unos años, incluso teniendo una extensa discoteca.

Bajamar, de Aroa Moreno Durán. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia).

Continué con La bajamar, de Aroa Moreno Durán. Se trata de una novela corta, pero compleja, que refleja la vida de cuatro generaciones de mujeres en el País Vasco. Cuatro mujeres y sus sufrimientos, diferentes en cada época, un tiempo que transcurre entre la guerra civil y nuestros días.

Me produjo sensaciones encontradas. Es una novela triste, que está bien escrita. Deja muchos cabos sueltos para que cada lector los ate según su criterio, aunque para mi gusto son demasiados. Acabé con un cierto desencanto.

Mi planta de naranja lima, de José Mauro Vasconcelos. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia).

Me doy cuenta ahora de que a comienzos de julio fui encadenando varias novelas cortas. La siguiente fue Mi planta de naranja lima, del brasileño José Mauro de Vasconcelos, otra recomendación del grupo Lectores, que coordina mi amiga Rosa Margarit.

Es una novela sobre la infancia de un niño pobre, seguramente con tintes autobiográficos, en el Brasil de los años veinte del siglo pasado. El protagonista/narrador es un niño maravilloso, travieso y con una gran bondad e inteligencia natural. Una novela entrañable, tierna, amable, que da gusto leer.

Algunos de estos libros los compré en la Feria del Libro. Ese fue el caso de Bajo la mirada del dragón despierto, de Mavi Doñate, actual corresponsal de TVE en Paris. Su anterior destino fue China, donde residió los cinco años anteriores, lo que le permitió vivir toda la época del Covid, en el país desde donde todo parece indicar que se expandió el virus y que mantuvo una política muy estricta para tratar de reducir el número de contagios.

Bajo la mirada del dragón despierto, de Mavi Doñate. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

El libro lleva como subtítulo Vivir y contar la China de la nueva era, lo que ya nos da una pista de su contenido: Una mezcla entre amplio reportaje y memoria personal sobre la China actual y la época del Covid, que la autora vivió en primera persona.

Tenía ganas de leerlo desde que vi que lo presentaban, así que cuando vi que la autora estaba firmando durante mi visita a la feria me hizo mucha ilusión. Más aún cuando nos lo dedicó con mucho cariño tras saber que tanto mi mujer como yo habíamos trabajado en RTVE.

Ya he leído varios libros escritos durante la pandemia o que hace una referencia a ella. Este es muy distinto, a pesar de que el Covid tiene más peso que en ninguna otra. Es un libro muy recomendable si se quiere conocer algo mejor la China actual, con la perspectiva de una persona curiosa que se ha movido, con muchs limitaciones eso sí, por todo el país.

Desde el otro lado, de Bernardo Atxaga. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

También adquirido en la Feria del Libro, y también dedicado por el autor, continué leyendo Desde el otro lado, de Bernardo Atxaga. El autor vuelve a su mundo mágico y poético de las primeras novelas de Obaba, con animales como narradores. El libro consta de cuatro relatos independientes, escritos con muchos años de distancia, pero relacionados entre sí. En la feria me lo dedicó y compartimos recuerdos de Álava, donde nací y viví mi primer cuarto de siglo y donde vive el autor.

Ya se acercaba el final de julio cuando leí, en pocos días, es una novela corta, Las primas, de la argentina Aurora Venturini, que la escribió a una edad muy avanzada (nunca hay que perder la esperanza).

Las primas, de Aurora Venturini. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia)

También era una recomendación del grupo del que ya he hablado en numerosas ocasiones.

Se trata de una novela extraña, sobre una familia disfunciónal compuesta por mujeres con diversas taras. La narradora llega a ser una pintora famosa.

Deja una cierta confusión y mal cuerpo. ¿Una obra maestra? No estoy seguro.

En los últimos días terminé El gran cuaderno del podcasting, de Francisco Izuzquiza, que había ido leyendo, alternando con los otros, a lo largo del mes.

El subtítulo lo dice todo: Cómo crear, difundir y monetizar tu podcast. Todo sobre el podcast. Y muy actual, aunque tenga ya tres años.

El gran cuaderno del podcasting, de Francisco Izuzquiza. (FOTO de la portada: E.Madinaveitia).

Conocí a Fran Izuzquiza hace unos años en una jornada sobre el tema y me habían hablado muy bien de este libro. Se publicó en 2019; seguro que hay otros libros más actuales sobre el tema, pero en mi caso ha cumplido con creces mis expectativas

Muchas veces he pensado en sustituir, o complementar, este blog con un podcast. Ver la verosimilitud de esa idea fue lo que me empujó a comprar el libro, también en la feria. Pero no sé si después de leerlo ha crecido (o no) mi deseo de dar el salto hacia ahí. Igual ya soy demasiado mayor ¿o puedo convertirme en la Venturini del podcast?

Fue un mes de lecturas muy completo y variado.

 

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