Hablamos siempre de “la” Investigación, no de “el” Investigación. Investigación es femenino y conviene recordarlo.
La asociación (I+A) lleva varios años organizando con éxito la jornada “Investigación en femenino”, para resaltar el papel de la mujer en nuestra profesión. Este número de la revista (I&M) aborda diversos aspectos de este tema tan interesante y actual.
Me ha alegrado encontrar el texto que Juanjo Ibáñez dedica a Gloria Batista, que fue el alma de esta revista durante muchos años y una de las pioneras en la profesión. Recuperar a Juanjo, aunque sea en un texto breve, también es un motivo de alegría.
Nera González en su artículo analiza la brecha de género en la profesiones STEM, una brecha indiscutible y que está lejos de cerrarse.
En mi opinión, incluso en mi experiencia, no es así la situación en el mundo de la investigación: esa brecha de género no existe desde hace tiempo. Ya he hablado de Gloria Batista, pero sin hacer un gran esfuerzo me vienen a la memoria nombres como el de Ana García Bernal, una de las fundadoras del Gabinete de Investigación de Audiencia de RTVE, pionera de la investigación de audiencia de medios, que ha seguido durante muchos años en el mundo de la investigación y la consultoría. O Pepa Martínez Gastey, “la Pepa”, referente en investigación publicitaria, desde su puesto en Lintas. O Mariángeles González Lobo, pionera en los estudios de inversiones publicitarias, desde la agencia J Walter Thompson.
Maite Rodríguez, que sigue en activo en puestos de alta dirección de empresas publicitarias (entre otras muchas actividades) fue Presidenta de AEDEMO, la asociación de los profesionales de la investigación, antecedente de I+a.
Es imposible hablar de mujeres en investigación y no citar a Macarena Estévez, un genio en nuestra actividad, que ha ganado todos los premios posibles en los seminarios de nuestra profesión.
Hace ya algunos años, cuando yo trabajaba y seleccionaba mis equipos, nunca apliqué ningún sesgo de género, ni ninguna cuota. Por el simple mecanismo de elegir a la mejor persona para el puesto en cada momento, acabé teniendo en mi última etapa un equipo compuesto exclusivamente por mujeres. Era un gran equipo, del que han salido personas que luego ocuparon puestos de gran responsabilidad en otras empresas: Marga Ollero llegó a ocupar la Dirección General de Arena Media y a ser Presidenta de AIMC, la asociación que realiza y coordina los más importantes estudios de medios en nuestro país. Mapi Merchante ocupa ahora el puesto de máxima responsabilidad en investigación y estrategia en el grupo IPG Mediabrands.
Además de los que ya he citado, los artículos presentes en este número abordan diferentes aspectos relacionados con la mujer y la investigación, como investigadoras o como objeto de estudio. Como si quisieran reforzar mi tesis, la gran mayoría de ellos están escritos por mujeres.
Pero Natacha Lerma no parece estar de acuerdo con esa tesis y denuncia que en un sector mayoritariamente femenino en la fuerza laboral, sean aún escasas la directivas de alto nivel.
Dionisia Mata y Diego Herranz analizan la evolución de la mujer en la publicidad, que evoluciona en sentido positivo, pero tiene aún un largo camino por recorrer.
Beatriz Bonete destaca el papel de las primeras sociólogas, allá por el siglo XIX, muy poco conocidas, ocultas, como en tantas otras actividades, por los numerosos nombres masculinos.
Me ha llamado la atención el artículo de Beatriz Tejedor, Sabina Carrau y Nerea Gómez, tres perfiles muy complementarios que, a pesar de trabajar en empresas diferentes colaboran desde la pandemia realizando estudios sobre el mundo de los cuidados y otros aspectos afines, como la participación ciudadana.
El artículo de Mar Deus, que analiza la diferente manera de investigar por parte de la mujeres tiene una cierta relación, por la manera de abordarlo.
Jesús García de Madariaga analiza el Pinkwashing, una actitud que se ha revelado negativa para las empresas que lo practican y que parece estar en retroceso.
El movimiento regenerativo, que no se conforma con conservar lo que tenemos sino que aspira a recuperar lo que la tierra ha perdido, tiene una mayoría de mujeres; en parte, opina Rosario Novalbos en su artículo, porque entre las mujeres ha penetrado más el movimiento vegano.
Alicia Orellana analiza los posibles sesgos de género de la ahora omnipresente Inteligencia Artificial.
La Investigación es femenino y los artículos recogidos en este número lo demuestran una vez más.
(*) Este artículo se publica en el número 160 de la revista I&M.